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El PSC abre el congreso que consolida a Maragall como líder del partido

Enric Company

Los socialistas catalanes comienzan hoy su 9º Congreso, preparado cuidadosamente para entronizar a Pasqual Maragall como líder del PSC y con la vista puesta en el asalto a la presidencia de la Generalitat. El aparato ha pactado con el propio Maragall, con Narcís Serra como mediador, una fórmula para renovar la dirección. Maragall sustituirá a Raimon Obiols en la presidencia y asumirá el liderazgo político. El actual secretario de organización, José Montilla, sustituirá a Serra en la primera secretaría.

La ascensión de Montilla a la primera secretaría está cargada de simbolismos. Es un andaluz de Iznájar (Córdoba), llegado a Cataluña en la oleada inmigratoria de los años sesenta; es el alcalde de Cornellà de Llobregat, una de las ciudades del cinturón de Barcelona, y su acceso a la primera fila representa el de una generación de cuadros socialistas forjados en la gestión municipal, el vivero el PSC, que al mismo tiempo es la que controla efectivamente las organizaciones de base.La renuncia de Serra a continuar, forzada por la derrota en las últimas elecciones generales, representará a su vez el relevo de la vieja guardia del partido, iniciada traumáticamente en1994 en el 7º Congreso, celebrado en Sitges, cuando el aparato defenestró a Obiols. Entonces, sin embargo, la amenaza de una ruptura impidió que los ganadores de aquella batalla, Montilla entre ellos, se pusieran al frente de la dirección.

Lo que se inició en Sitges va a consumarse ahora, según ha reconocido el propio Maragall. Por la vía de un "pacto de conllevancia" entre Maragall y Montilla, como lo denominan algunos dirigentes. El líder electoral del PSC aporta el socialismo de tradición catalanista, el giro al centro y la voluntad de apertura del partido a nuevos modelos organizativos. Montilla es el garante de la organicidad clásica, un genuino representante de la Cataluña forjada por los inmigrantes, a menudo identificada con las tradiciones políticas del PSOE.

El pacto Maragall-Montilla está cerrado desde hace más de un mes. Pero lo que no está decidida es la formación de la nueva comisión ejecutiva, en la que se han fijado unos objetivos que están resultando de compleja materialización. Maragall quiere reducirla a 25 miembros, de los 54 que tiene como fruto de los equilibrios del pasado. Al mismo tiempo quiere renovarla introduciendo caras nuevas. Y tiene además el reto de aplicar la paridad sexual que las mujeres exigen. Lo que ha de significar, en la práctica, que ninguno de los dos sexos tenga una representación superior al 40%.

Las incógnitas acerca de la nueva dirección se han polarizado en torno a la secretaría de organización, a la que aspiran el diputado autonómico Miquel Iceta, una figura próxima a Montilla; el secretario de organización de la Federación de Barcelona, la más numerosa del partido; la alcaldesa de Mollet, Montserrat Tura, y los diputados autonómicos Ramon Vilalta y Manuel Nadal. Aunque se han barajado otros nombres, como el de las también diputadas Teresa Cunillera y Montserrat Duch.

Entre las propuestas del congreso destacan la generalización de las elecciones primarias, la adopción de la paridad de sexos para las candidaturas electorales y los puestos de dirección, la posibilidad de convocar referendos internos y la celebración de convenciones anuales sobre asuntos de interés político.

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La vieja guardia se va

Los nombres de los dirigentes que van a pasar a un segundo plano forman una nómina ilustre en el PSC. Además de Narcís Serra y Raimon Obiols, que están dispuestos a no estar en la ejecutiva, se van muchos fundadores, como el expresidente del partido, Joan Reventós; Mercè Sala, que fue presidenta de Renfe; y la ex diputada Marta Mata. Aunque Maragall y Montilla han mantenido un silencio absoluto sobre la formación de la ejecutiva, se da por seguro que no repetirán los ex ministros José Borrell y Jordi Solé Tura. El actual presidente de la Diputación de Barcelona, Manuel Royes, un histórico, quiere continuar pero Celestino Corbacho, alcalde de L'Hospitalet, le disputa la secretaría de política municipal.

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