La Eurocámara aprueba la semana de cuatro días para los diputados

El pleno del Parlamento Europeo acordó ayer dejar de incluir el viernes como día de trabajo en sus reuniones plenarias. La decisión se tomó a través de una enmienda al calendario de sesiones del año próximo que fue aprobada con 277 votos a favor, 232 en contra y 28 abstenciones. La división de la Eurocámara atravesó a todos los grupos. Lo mismo los conservadores del PPE que los socialistas, los liberales, los verdes o Izquierda Unitaria Europea quedaron fragmentados en dos mitades ligeramente más favorables a la supresión que al mantenimiento del viernes como día de trabajo.La supresión no hace más que solemnizar la evidencia de que ya casi nadie se tomaba el viernes como día de pleno, aunque tiene el inconveniente de engrandecer la imagen de poca seriedad que rodea, en general, a la Eurocámara.

Supone un duro golpe para Estrasburgo, la sede parlamentaria que acoge 12 sesiones plenarias al año, como lo demuestra el masivo voto en contra ejercido por los diputados franceses de todos los colores. "Es una decisión que lamento, pero que comprendo por cuestiones de orden práctico", declaró la presidenta del Parlamento, la francesa Nicole Fontaine.