Una lección más de geografía vasca

Hoy, de nuevo, volveré a salir de clase a eso de las doce menos cuarto, para concentrarme por enésima vez, cerca, muy cerca de donde hace años asesinaron a Francisco Tomás y Valiente. De nada sirvió lo de las manos blancas, al igual que de nada servirá esta concentración.Pero, aunque de nada sirva, se lo debemos a todos aquellos que, como Jesús María Pedrosa Urquiza, han luchado por la paz, pero no su paz, sino la de los demás. Jesús María no puede ser un número más, un mártir más en manos de unos pistoleros, debemos salir para recordar que gente como él hace posible que reine la democracia en este Estado.

Dicen que el mejor desprecio es no hacer aprecio, pero ¿cómo vamos a pasar por alto un hecho así? Aunque con esta publicidad gratuita estemos haciendo lo que esos malos hijos de buena madre quieren, es necesario hacerlo. Pero, de verdad, asesinos, no sé que pretendéis. Si vuestro objetivo es que todo el mundo acabe conociendo la geografía del País Vasco como la palma de su mano, lo estáis consiguiendo, pero de ahí no vais a pasar jamás porque, aunque José María fuera el último, cosa que desafortunadamente dudo mucho, en el corazón de las personas quedan recuerdos, recuerdos que nunca olvidarían.

Mi más sincero pésame a la familia y amigos del tristemente fallecido Jesús María Pedrosa Urquiza.- Alfredo Lope Ruiz. Madrid.