La venganza de Luis Pastor
A Luis Pastor, un día le dieron una hostia. La Guardia Civil. Bueno, la verdad es que le dieron dos. O tres. Eran otros tiempos, es cierto. Fue en 1973, en el cuartel del pueblo de Vallecas. Él entonces ni protestó. Se tragó el marrón, que se dice. Luis Pastor iba por ahí cantando coplas de poetas y gentes de malvivir. Iba Luis Pastor por los pueblos extremeños, tan contento, con Pablo Guerrero, otro que tal, y cantaba, por ejemplo, aquello de Goytisolo: "Por mi mala cabeza / yo me puse a escribir / y otros por mucho menos / se hacen guardia civil".Y la Guardia Civil avisó a sus compañeros del cuartelillo de Vallecas. Le citaron y, sin avisarle siquiera, le arrearon un guantazo. Luego le preguntaron:
-Y tú a qué te dedicas.
-Yo canto.
Y, zás, otro. Por su mala cabeza. Ahora Luis Pastor ya no canta esa canción. Ahora la cantan unos amigos suyos: Los Perroflauta, con los que ha sacado su nuevo disco, Piedra de Sol. En él -un disco que lleva también un CD Rom con las letras de los poetas- ha recuperado muchas de aquellas canciones que cantaba hace ya -¡Jesús!- casi treinta años. Esas que cantaba en Vallecas, en los primeros mítines de aquellas primeras elecciones, las que cantaba en los colegios, en la fábrica, en su querido barrio. Aquélla, por ejemplo, de "con tu puedo y con mi quiero / vamos juntos, compañero", que escribiera Benedetti y a la que él puso música. Ésa que se cantaba en todas las manifestaciones y que, como dice Machado, ha pasado a ser del pueblo. Tanto que algunos ya no saben de quién es. Ni falta que hace. Que Luis es generoso en música y en amigos.
Ahora, este extremeño criado y crecido en Vallecas ha reunido todos aquellos versos -Neruda, León Felipe, Alberti, Arbeloa, Guillén, Carlos Álvarez, Blas de Otero...- y ha vuelto a cantarlos. Ha vuelto a sacar aquel Madrid, aquel Vallecas luchador y limpio.
-En 1972 hice un disco, y de once canciones me prohibieron seis. Una ruina. Tuve que conformarme con sacar un sencillo con dos temas: La huelga, de Neruda, y Con dos años, de Miguel Hernández. La huelga, que hablaba de una huelga en la fábrica, tuvimos que titularla La huelga del ocio. Hay que joderse.
Por eso, éste es un disco para la memoria. Para vengar censuras y prohibiciones. En él recupera canciones que fueron condenadas al silencio. Las recupera con la ternura de un padre por su hijo menos listo, menos guapo a lo mejor. Y eso que Luis Pastor no ha querido instalarse en la nostalgia. Porque, desde aquellos años, ha llovido mucho. Y Luis ha soportado lluvias y tormentas y nubarrones, luchando siempre por sacar nuevos discos -tan bellos como el anterior, Por el mar de mi mano-, empeñado en descubrir nuevos ritmos, escribir nuevos versos con una curiosidad siempre viva. De él es el afromeño, esa mezcla maravillosa entre africano y extremeño. No a la nostalgia, tampoco al olvido.
-Tenemos que salvar la memoria. Recuperar lo que fuimos. Porque es mentira que la transición fuera tan bonita y que se hiciera en los palacios. Yo viví una transición dura, con una clase obrera que luchó, por ella misma y por los demás. Y algunos murieron por ello.
Se queja Luis Pastor de la fragilidad de la memoria. Y quiere, por eso, reivindicar a tantos como apostaron su voz por la libertad: Elisa Serna, Pablo Guerrero, Quintín Cabrera o Pedro Sánchez, el pintor vallecano que ilustró su disco Vallecas. Y tanta gente que, todavía, anda entre estos versos, en esta música. Todavía.
Luis Pastor. Piedra de Sol. 52PM. Con la aportación de la Fundación Autor y Flor de Jara.
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