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CICLISMO - DAUPHINÉ LIBÉRÉ

Armstrong impresiona a un mes del Tour

El americano ganó la contrarreloj ante Zubeldia

Carlos Arribas

La larga contrarreloj de la Dauphiné Libéré (35,7 kilómetros entre Saint Etiene y Saint Chamond) evidenció ayer cuatro cosas: 1) a tres semanas del comienzo del Tour, Lance Armstrong está fuerte, muy fuerte. "Más fuerte que el año pasado", repite el interesado, ganador del Tour 99, a quien no parece importarle el plus suplementario de presión que supone presentarse como máximo favorito para la victoria en la gran carrera francesa. 2) El ciclismo español no deja de sorprender (agradablemente) día tras día. Lo del efecto Freire, que sirvió para explicar el descaro con que los jóvenes corredores salían a competir, pensando siempre en ganar y sin importarles historias o nombres, es un argumento que se queda ya corto cuando se suceden día tras día hechos absolutamente extraños otros años: el gran papel de Joseba Beloki en la Vuelta a Romandía, la victoria de David Plaza en la Vuelta a Alemania, el triunfo de Haimar Zubeldia en la Bicicleta Vasca, o, como se vio ayer, la nuevamente notable actuación del ciclista vasco, de 23 años, en la contrarreloj de Saint Etienne. 3) Alex Zülle está más nervioso que ningún año; la presión parece consumirle y, aunque en su equipo, el Banesto, observan que físicamente está muy bien, su cabeza parece indicarle lo contrario. 4) Para Jalabert y Olano, los líderes del ONCE, la carrera hacia el Tour es una prueba a largo plazo. Este año han cambiado el estilo de preparación buscando un junio menos intenso que otros años.Lance Armstrong, un hombre feliz y motivado en esta carrera, en la que ve ya un anticipo del Tour, aventajó en 21s a Zubeldia, en 58s a Beloki, en 1.23m a Julich, en 1.33m a Olano, en 1.41m a Zülle y en 2.06m a Jalabert, que pinchó.

En un recorrido duro, de repechos (la media del ganador fue de 45,6 kilómetros por hora), el norteamericano dobló ya en el kilómetro 15 a José María Jiménez, quien terminó cediendo más de 4m.

Pero dice el abulense que se dejó ir, que no se cebó cuando Armstrong le dobló, no intentó seguir su estela, y que levantó el pie al final pensando en su gran desafío de hoy: el Mont Ventoux. Un final que, por otra parte, también parece motivar a Armstrong. El mito de Tom Simpson, el inglés que falleció de sobredosis de anfetaminas, sudor y esfuerzo en las laderas lunares del monte pelado, sigue siendo una referencia cultural única para el mundo anglosajón.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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