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El adolescente que mató a su madre está vigilado por temor a que se suicide

El adolescente de 15 años, C. L. Ch., que el pasado lunes mató a su madre a puñaladas en el domicilio familiar de Moncada (Valencia) "rompe con el estereotipo del menor que comete graves delitos de sangre" ya que "está abatido y destrozado psicológicamente", en opinión de los profesionales que le atienden desde que se entregó a la policía. Los psicólogos y monitores que le tratan están sorprendidos porque no recuerdan a ningún otro menor "tan nervioso, inquieto y preocupado como éste".Fuentes de la investigación aseguran que, después de que el titular del Juzgado de Menores número 2 de Valencia ordenara su internamiento en un centro de la Generalitat valenciana, el muchacho reconoció que hacía tiempo que le rondaba por la cabeza la idea de matar a alguien porque "quería ser famoso y salir en la tele". El adolescente, que llevaba más de un año en tratamiento psiquiátrico, también ha admitido que tenía sentimientos negativos y "odiaba a la gente a pesar de que se portaran bien con él".

Pero, según estas mismas fuentes, C. L. Ch. reiteró que no tenía pensado matar a su madre, Ana María, de 47 años, ni a nadie en concreto. De hecho, repite a los expertos en menores que le tratan que "a su madre la quería mucho", más que a su padre, al que "temía". Les contó que tras cometer el parricidio "se ha asustado" y que "aún no sabe porqué la ha matado". Ese mismo diálogo lo mantuvo con los guardias civiles: "He matado a mi madre". ¿Por qué? "No lo sé".

Las personas próximas a él lo definen como un joven introvertido, con pocas amistades, que salía poco a la calle y con problemas de personalidad. Fuentes del caso han comprobado que no consumía drogas, pero fumaba habitualmente y había intentado suicidarse en cuatro ocasiones.

Esta "tendencia suicida" de C. L. Ch. preocupa mucho al juez de menores, que ha ordenado a los profesionales del centro de internamiento que no lo dejen a solas en ningún momento para evitar que intente autolesionarse de nuevo. Un monitor vela a su lado cada noche.

Fútbol y clases

Desde el primer momento ha sido "bien aceptado" en el grupo que conforman la docena de menores en régimen cerrado y el mismo lunes por la tarde, unas pocas horas después del crimen, jugó al fútbol y participó en tareas de limpieza del centro y actividades como repaso escolar, lecturas y cine-fórum. Ayer empezó a asistir, dentro del reformatorio, a clases de tercero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

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En las próximas semanas, los psicólogos diagnosticarán los problemas psicológicos que padece y recomendarán a la fiscal el tiempo de internamiento necesario para reeducarlo, que no puede rebasar los dos años porque es menor de 16 años.

Por su parte, la madre fue enterrada en la tarde de ayer en el cementerio de Valencia. Al sepelio asistieron unas 60 personas, entre las que se encontraban el marido, los dos hijos restantes y los responsables del centro escolar en el que trabajaba como administrativa y en el que el presunto parricida cursaba también sus estudios.

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