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La apertura completa de la autovía del Noroeste se retrasa hasta mayo de 2001

La apertura al tráfico de parte de alguno de los cinco tramos más complicados de lo que resta por ejecutar de la autovía del Noroeste, 52,5 kilómetros entre la localidad leonesa de Villafranca del Bierzo y la lucense de Cereixal, se retrasará hasta el próximo mes de mayo. Esa demora supone unos cinco meses más sobre la fecha de inauguración anunciada en repetidas ocasiones por el anterior ministro de Fomento Rafale Arias Salgado, según señaló ayer en su primera visita a las obras el nuevo director general de Carreteras, Antonio Alonso Burgos.

Alonso dijo que se tratarán de cumplir los plazos previstos y que la autovía podría abrirse al tráfico a finales del presente año en su globalidad, si bien se aplazarám a la próxima primavera algunos puntos "complicados".

Los trabajos en estos puntos se intentarían paliar con la apertura de las calzadas de la autovía que estuvieran finalizadas, sin descartar la utilización de la N-VI, según matizó.

Alonso no precisó los incrementos del coste inicial previsto para estos cinco tramos ni los puntos cuya apertura se podría aplazar.

Según Efe, los directores de obra señalaron que en el tramo Ambasmestas-Castrolama se podría abrir uno de los dos sentidos de circulación este año, pero que el otro no estará en servicio hasta mayo de 2001.

Obras complicadas

El director general de Carreteras arguyó que las obras de la autovía del Noroeste son las más "complicadas" que se está ejecutando en el país, "con coladeras y túneles muy inestables, y con problemas imprevistos". Los principales problemas se centran en los avances de los túneles y la estabilidad de las laderas.

Los cinco tramos de 52,5 kilómetros que faltan por entrar en servicio sustituirán a los 60 de la actual N-VI. Se construirán seis túneles y 42 viaductos, obras que suponen el 30% del trazado total de estos tramos.

Los túneles más conflictivos son los dos que atraviesan el puerto de Pedrafita do Cebreiro, de 750 metros cada uno. En esta zona la cota se elevó "para asegurar una mejor ejecución de la obra", dijo Alonso.

El director general de Carreteras restó importancia a los desprendimientos en los túneles y las grietas en algunos inmuebles de Piedrafita, y señaló que están dentro de lo "normal".

Las obras tienen un coste inicial de 72.000 millones de pesetas y tras su finalización quedarán unidas por autovía Madrid y A Coruña, aunque el tramo Guadarrama-Adanero es autopista de peaje.

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