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El PCE abandona su sede acuciado por la falta de ingresos

Frutos obliga a Llamazares a suspender de momento su candidatura tras un duro debate

El enfrentamiento en Izquierda Unida (IU) por la sucesión de Julio Anguita tiene ya tintes de guerra abierta. Y, como es costumbre, el primer campo de batalla ha sido el PCE, partido hegemónico de la coalición. El comité federal, reunido ayer, decidió abandonar la sede para trasladarse a IU, algo que simboliza su dramática situación tanto política como económica. Por si fuera poco, los dos aspirantes a suceder a Julio Anguita, Francisco Frutos y Gaspar Llamazares, se enfrascaron en una durísima pelea que acabó cuando el segundo aceptó dejar en suspenso su candidatura.

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Frutos se niega de momento a anunciar formalmente su candidatura, aunque la estrategia que utilizó ayer, calificada por algunos como "golpe de Estado", demuestra que está dispuesto a enfrentarse con todas sus armas no sólo a Llamazares, sino al propio Anguita, que amparaba la candidatura de éste e incluso había alabado la "claridad" con la que el dirigente asturiano se promocionaba como nuevo líder.El orden del día ya auguraba una sesión de caras largas. El comité tenía que aprobar, y así lo hizo, el abandono de la sede del partido en la calle de Toronga para trasladarse a la de IU, en la calle del Olimpo. Ambas están separadas por escasos 20 metros, pero la carga simbólica es poderosa: el PCE, partido hegemónico en IU, y en su día referente de toda la izquierda, acepta llevar a sus trabajadores y los despachos de sus dirigentes a la sede federal de la coalición, mientras otros partidos mucho más insignificantes, como el Pasoc, se niegan a un traslado forzado por la dramática situación económica. El PCE, sin embargo, no está en quiebra. "Dios aprieta pero no ahoga", decía Víctor Díaz Cardiel, dirigente de este partido.

Regulación de empleo

Gracias al alquiler de su sede central en Madrid de más de 600 metros cuadrados -de momento no son proclives a la venta- y tal vez de otras por toda España, sus cálculos les dicen que pueden resistir. Además, al contrario que en IU, no van a echar a nadie: todos, incluidos los dirigentes -en total son 18 personas-, se someterán a un expediente de regulación de nueve meses de los que trabajarán sólo seis. Los otros tres meses se acogerán al paro. Esta estratagema permitirá ahorrar unos dos millones de pesetas mensuales. Mantener el PCE costaba hasta ahora casi 12 millones de pesetas cada mes. Con la reducción de gastos, el alquiler de la sede y otras medidas de reequilibrio, se quedarán en unos siete millones.

Pero si el problema económico parece resuelto, el político se anuncia muy confuso. Frutos, en un golpe inesperado, y tras criticar a Llamazares -"ya no eres mi candidato porque no has tenido la elegancia de presentar tu candidatura aquí, en el PCE", le dijo-, le pidió que retire su candidatura para dejar paso a un debate en el que el PCE, como partido, proponga un solo candidato para coordinador general de IU. El asturiano, que no se esperaba este enorme varapalo, dijo que el "corazón" le pedía abandonar, ya que se estaba tratando de poner al partido en su contra, pero que el "compromiso" que había adquirido con IU se lo impedía por lo que, "para que el compañero Frutos se quede tranquilo", decidía "no renunciar", pero sí poner en suspenso su candidatura y esperar a que los órganos de IU decidan.

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