Críticas contra la policía de Luxemburgo por su utilización de la prensa
Un falso encuentro con la prensa y un arma oculta en una cámara de televisión accionada por un policía. Ésta fue la táctica utilizada por las fuerzas especiales luxemburguesas para abatir a Neji Bejaoui, el secuestrador que tomó como rehenes a 25 niños en un jardín de infancia de la localidad luxemburguesa de Wasserbillig. La estrategia utilizada por la policía para poner fin a 28 horas de secuestro fue criticada por la Federación Internacional de Periodistas, que ven en peligro la cobertura de estas informaciones.
El secuestrador de Wasserbillig estaba dispuesto a abandonar la guardería en un vehículo acompañado por cuatro niños. La estrategia utilizada por la policía luxemburguesa fue la de atraer fuera del edificio a Neji Bejaoui utilizando como cebo una falsa entrevista con un equipo de la televisión luxemburguesa. Se lo puso fácil a los policías, porque durante la negociación pidió encontrarse con un grupo de periodistas para contar su versión del secuestro. Incluso habló con la radio luxemburguesa para aclarar algunas cosas.La tensión se incrementaba conforme iban pasando las horas. Cuando el secuestrador mostró a una cámara de la RTL a un niño y sus armas por una de las ventanas de la guardería, la policía de élite luxemburguesa decidió actuar. El método que se utilizó para atraer a Neji fue aprovechar su interés por hablar con la prensa. Picó el anzuelo. Salió del edificio con un niño en brazos y se acercó confiado al equipo de televisión sin saber que en la cámara falsa había oculta un arma y que el periodista que le enfocaba era un policía disfrazado que le estaba apuntando a la cabeza. Apretó el gatillo dos veces y en unos segundos el secuestrador estaba abatido sin poner en peligro a los niños. Neji Bejaoui se encuentra fuera de peligro después de que le extrajeran las dos balas.
Acaba así, a las 19.15, 28 horas de pesadilla en Wasserbillig. Pero empezaba una oleada de críticas contra el método utilizado por las fuerzas especiales luxemburguesas para poner fin a la agonía contenida de los familiares de los niños. La Federación Internacional de Periodistas expresó en Bruselas su preocupación por lo que califica de "táctica inquietante" y condenó que las fuerzas de élite se dejaran pasar por periodistas de televisión para neutralizar al secuestrador.
"Creemos que la policía no debería hacerse pasar por periodista", declaró su secretaria general, Aidan White, porque se pone en peligro el trabajo del profesional y la neutralidad del periodismo en la cobertura de este tipo de noticias. "Se trata de una táctica irregular y tenemos que ser conscientes de sus consecuencias", reiteró White, que recordó que los cámaras de televisión son siempre un objetivo potencial cuando graban en condiciones peligrosas.
"Su vida ya está en suficiente peligro para que se le pongan más dificultades", concluyó, afirmando que "incidentes como éste pueden agregar incluso más riesgo procedentes de criminales con el gatillo fácil o de fuerzas de seguridad que puedan sospechar de sus intenciones". La policía luxemburguesa dejó claro que se pidió permiso al equipo de televisión para utilizar su material técnico para llevar a cabo la operación, lo que deja en una situación ética muy delicada a la cadena de televisión que se prestó en esa estrategia.
La presencia de la prensa en Wasserbillig para cubrir el suceso rompió la tranquilidad de esta pequeña localidad luxemburguesa, que vende la calma como uno de sus principales atractivos turísticos. Fotógrafos y cámaras de televisión se movían por las calles del pueblo buscando la mejor imagen, y, si era posible, con el secuestrador o la secuencia del asalto. Sólo la televisión luxemburguesa RTL pudo entrar en la zona restringida, y lo hizo al menos dos veces, una vez por la mañana, cuando grabó imágenes del secuestrador con el niño, y otra por la tarde, apenas unas horas antes de la intervención.
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