El fútbol español nacionaliza los banquillos

El fútbol español podría prescindir la próxima temporada de los traductores de idiomas en los banquillos de Primera División. De los 19 equipos con plaza en la máxima categoría (falta por definir el tercer ascendido de Segunda), 14 podrían contar con un técnico español. Los cinco extranjeros o comparten idioma oficial (Cúper, Benítez y Ferraro son suramericanos) o lo conocen suficientemente (Kresic es un viejo conocido de la Liga española).La continuidad preside también la decisión sobre los encargados deportivos de los equipos. Al menos 10 equipos continuarán con los entrenadores que concluyeron la pasada temporada.

Javier Irureta en el Deportivo, Héctor Cúper en el Valencia, Vicente del Bosque en el Real Madrid, Mané en el Alavés, Joaquín Peiró en el Málaga, Juande Ramos en el Rayo Vallecano, Javier Clemente en la Real Sociedad, Paco Flores en el Espanyol, Sergio Kresic en el Las Palmas y Gustavo Benítez en el Racing (el club le ha ofrecido tres años de contrato) tienen asegurada o prácticamente confirmada su continuidad. Cuatro equipos han oficializado ya el cambio de técnico: Rojo dirigirá al Athletic y su lugar en el Zaragoza lo ocupará Juan Manuel Lillo, el Mallorca ha contratado a Luis Aragonés y el Numancia ha elegido a Paco Herrera (entrenó al Mérida) para sustituir a Goikoetxea.

Barcelona, Celta, Valladolid, Oviedo y Villarreal no han elegido el inquilino de sus banquillos. El Barça, implicado en un relevo presidencial, ha otorgado la responsabilidad coyuntural a Serra Ferrer, que podría hacerse cargo del equipo definitivamente. El Celta duda entre prorrogar su confianza en Víctor Fernández o sustituirle por Fernando Vázquez (destituido en el Mallorca). El Valladolid pretende a Francisco Ferraro, entrenador del Estudiantes de la Plata. Paquito, artífice del ascenso del Villareal, ha anunciado que no sigue y el club castellonense ha entablado conversaciones con Víctor Muñoz (que deja el Lleida). El Oviedo podría sustituir a Luis Aragonés por Radomir Antic, tras la negativa de Luis Fernández.Una fotografía de familia sin caras nuevas; sólo cambios de lugar.