La familia del niño desaparecido sospecha que lo secuestraron para pedir 25 millones de rescate
La misteriosa desaparición del pequeño Jonathan, de tres años, sigue sin aclararse. La familia del niño afirma que lo han secuestrado y no cree que se haya perdido. El móvil del supuesto secuestro es, según la familia, la petición de un rescate millonario. La madre del pequeño cobrará en breve una indemnización de unos 25 millones de pesetas por la muerte de su marido en accidente de tráfico hace más de un año. La familia asegura que recibe llamadas anónimas continuamente de un hombre que afirma tener al niño. Pero la voz, "muy ronca", no pide nada a cambio del pequeño. La policía lo investiga.
La angustia se apodera de los numerosos familiares y amigos del pequeño Jonathan V. G., de tres años. Desde que desapareció, el pasado sábado hacia las cuatro de la tarde, en el centro comercial Pryca de San Fernando de Henares, tanto sus allegados como la policía, los bomberos y voluntarios de Protección Civil han participado en las tareas de búsqueda del pequeño.Los bomberos rastreaban ayer desde una embarcación un tramo de unos 300 metros del cauce del río Henares, en las proximidades del mencionado centro comercial. La ribera del río parecía una selva de lo frondosa que está la vegetación. "La búsqueda es muy complicada porque hay mucha superficie donde buscar y la vegetación está muy crecida por las últimas lluvias", explicó ayer el subjefe de guardia de bomberos en la zona este, Florentino de la Plaza.
La teoría de que el pequeño no se ha perdido, sino que ha sido raptado, cobra fuerza entre los familiares. La madre del pequeño, Rosa Barrull Lozano, de 21 años, que tiene otros dos hijos, uno de cuatro años y otra de año y medio, va a recibir en breve una indemnización multimillonaria por la muerte de su marido, Marcelino. Éste falleció hace más de un año en un accidente de coche en la carretera de Barcelona. Iba de ocupante. "Hoy mismo", por ayer, lunes, "teníamos que ir al abogado a firmar unos papeles para cobrar la indemnización, pero no hemos podido ir", explicó la abuela del pequeño, Inmaculada Carbonell Heredia, de 38 años. "Nos van a pagar unos 25 millones, pero todavía falta bastante tiempo -entre uno y tres meses- porque el dinero tiene que pasar un mes en el notario, o en otro sitio, antes de que nos lo den", aclaró la abuela. "Nosotros, ya ve usted, no tenemos nada, no tenemos dinero y ya ve cómo vivimos...", añadió.
La madre del chiquillo se gana la vida ayudando a un primo suyo en la recogida y posterior venta de chatarra, según explica. Rosa vive en una infravivienda del poblado de Las Castellanas, una zona que forma parte de la vega del río Henares. "Para mí, que alguien se ha llevado a mi niño y la única explicación que se me ocurre es que esperen a cobrar la indemnización por la muerte de mi marido", se lamenta, con el habla entrecortada por la tristeza. "Eso o que se lo hayan llevado porque es muy guapo, es un chico que llama la atención, y lo habrán visto solito en el Pryca...". No pudo acabar la frase.
La policía no descarta ninguna hipótesis sobre la desaparición del niño. Por un lado, investiga su posible pérdida por los alrededores del centro comercial donde se le vio por última vez; y, por otro, las llamadas anónimas que afirma recibir la familia del menor. Los agentes comenzaron a buscar al pequeño en la noche del sábado pasado, cuando su madre denunció la desaparición. Varios patrulleros revisaron los alrededores del centro comercial con linternas. A la mañana siguiente, la unidad canina de la policía rastreó la ribera del Henares con varios perros especializados en búsquedas, pero no tuvieron éxito.
"Creí oír llorar a mi niño"
Familiares de la madre y la abuela de Jonathan llegaron ayer desde diversos puntos de España al poblado de Las Castellanas. Todos buscan al pequeño. Cada vez con menos esperanza de encontrarlo. Rosa, la madre, cayó dormida ayer a las cuatro de la madrugada en una silla destartalada del poblado. "No podía más. Estuve buscando a mi hijo por todos lados. De noche creí oír que me llamaba desde allí", y señalaba un remoto lugar; "luego me pareció que me llamaba desde por allí, creía que le oía llorar; al final me senté, ya rendida, en una silla y me quedé dormida", explicó.
El resto de familiares se han recorrido las localidades próximas al poblado, como San Fernando de Henares, Alcalá o Coslada, en busca del pequeño. No han dado con él.
A Jonathan su abuela le puso el apelativo cariñoso de Chucky, El Muñeco Diabólico, un personaje del cine de terror. "Es que el Joni", diminutivo de Jonathan, "tiene el pelo de punta como el de Chucky", explica Inmaculada.
Isabel Barrull, de 17 años, tía del pequeño, se lo llevó al Pryca con otros dos sobrinos suyos para hacerles unas fotos. Jony se le perdió. Las cámaras de seguridad del establecimiento lo captaron por última vez cuando salió y volvió a entrar.
"Alguien nos llama a cada momento para hacernos daño"
La angustia crece entre los familiares del pequeño desaparecido. La madre, Rosa Barrull Lozano, de 21 años, apenas come y duerme. La abuela es incapaz de aplacar su pena. No viven desde el pasado sábado. Y los hermanos de la madre del pequeño andan revueltos con lo ocurrido. Pero hay algo que aumenta la tensión: son las continuas llamadas que reciben en casa. El teléfono suena. Un familiar lo descuelga y no se escucha un ruido. El que llama vuelve a colgar sin decir una palabra."La primera llamada que hemos recibido hoy ha sido a las 11.20 de la mañana. Llamaron y colgaron sin decir nada. Si quieren hacernos daño, lo están consiguiendo; nos llaman para hacernos daño". La madre del chiquillo no oculta su creciente desesperación. A las dos de la tarde de ayer, la familia del niño desaparecido ya había recibido diez llamadas anónimas, según afirmó la madre.
Números entrantes
El teléfono de la familia tiene una pantalla en la que se reflejan los números entrantes, pero estas supuestas llamadas quedan registradas así en la pantalla del aparato: "Llamada oculta".
El hecho de que llamen a ese número de teléfono hace sospechar a la familia de que el presunto secuestrador es un conocido. "No hay otra explicación. El que llama tiene que ser alguien conocido, alguien que conozca este número de teléfono, que lo sabe muy poca gente", afirma Inmaculada, la abuela del pequeño.
Una mujer declaró ayer en Telemadrid que vio al pequeño en la zona infantil del Pryca en la tarde del sábado y que luego le vio salir de la mano de un hombre moreno, de unos treinta años, que iba vestido con un pantalón oscuro y una camisa a cuadros.
La búsqueda continúa. Y ni la policía ni los bomberos descartan una sola posibilidad para localizar al pequeño Jonathan.
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