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Internet permitirá a los ciudadanos votar en paralelo sobre proyectos de ley

España no es Arizona, el Estado norteamericano en el que decenas de miles de ciudadanos votaron, por primera vez, en marzo a través de Internet en las elecciones primarias demócratas. Pero algunas iniciativas, públicas y privadas, van a introducir en los próximos meses ciertas dosis de democracia directa en la vida política española. La participación del ciudadano en la vida política a través de las nuevas tecnologías "es lo más importante que le ha sucedido a la democracia desde el sufragio universal. Puede ser el inicio de su regeneración", afirma contundente Fernando Vallespín, politólogo de la Universidad Autónoma de Madrid.El Ministerio del Interior quiso ser pionero organizando en las elecciones generales de marzo ensayos de votaciones virtuales en tres ayuntamientos (Ourense, Villena y Zarautz) pero la Junta Electoral Central no permitió esa experiencia piloto. El vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, se declaró por esas fechas partidario de modificar la ley electoral para permitir en el 2004 el voto electrónico. El Gobierno vasco también está dando los primeros pasos para introducir el sufragio electrónico en las elecciones autonómicas.

El pleno del Senado aprobó por unanimidad el 16 de mayo pasado una moción del PP, a la que el PSOE y el PNV hicieron contribuciones, para crear un foro virtual de debate en cada una de las comisiones de la Cámara alta. "Es un paso importantísimo para el Senado, para quitarse de encima esa imagen de Cámara anquilosada, y es una iniciativa pionera en el mundo", asegura Isidoro Martínez Oblanca, senador popular por Asturias.

El Senado, a diferencia del Congreso, se ha volcado en la red hasta el punto de que sus plenos pueden ser seguidos en directo en su página web. Experiencias puntuales parecidas se han desarrollado también en EE UU, Francia, el Reino Unido y en el Parlamento de Cataluña.

"La diferencia es que a partir de septiembre el debate on line no será sólo sobre lo tratado en una comisión, sino sobre el conjunto de la labor legislativa", recalca Martínez Oblanca, autor de la moción. "Se habilitará", señala el texto aprobado en el pleno, "en cada una de las comisiones un foro público en el que, libremente, las personas que lo deseen puedan expresar a través de la red su criterio respecto a las materias de su interés".

Voto paralelo a las Cortes

Dos jóvenes empresarios de Internet, Julio Romero y Ciro Arbós, están intentando ir mucho más allá en materia de democracia directa. Su objetivo es que, a medio plazo, millones de ciudadanos voten constantemente en paralelo a las Cortes, a través del correo electrónico y de los teléfonos móviles, sobre los proyectos de ley que llegan al Parlamento.

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Seleccionado como "mejor proyecto" en el encuentro mensual que emprendedores de Internet e inversores en capital riesgo celebran en Valencia, Parlamento ciudadano, la sociedad de Romero y Arbós está ahora recabando los 4.000 millones de pesetas que necesita para poner en marcha un complejo sistema tecnológico para que los españoles puedan votar de forma secreta.

En la página web se facilitará toda la información sobre proyectos de ley y otras iniciativas legislativas, para que los ciudadanos sepan sobre qué se deberán pronunciar. También se abrirán foros de debate con Gobierno y oposición. El reglamento que regirá el funcionamiento está siendo redactado por el bufete Garrigues Walker y los socios tecnológicos serán Indra, la empresa responsable del recuento de los votos en España, y Arthur Andersen, la mayor empresa de auditoría, que garantizarán la transparencia del procedimiento, explica Romero. La publicidad y los estudios de mercado serán las principales fuentes de financiación.

Escepticismo por el acceso reducido a las votaciones

A los politólogos les preocupan dos cosas en las iniciativas de establecer votaciones en Internet sobre los asuntos que se debaten en el Congreso: quién marca la agenda de los temas a tratar y la exclusión de los que no tienen a su alcance las nuevas tecnologías. Y advierten sobre el riesgo de un regreso al "voto censitario". "La agenda la marcará una mesa compuesta por 10 personalidades y otras tantas ONG elegidas entre los registrados", contesta Julio Romero, reponsable de la iniciativa. "No se trata de sustituir a las urnas, sino de transmitir la opinión de una franja importante de opinión pública acreditada", añade tras insistir que en España no se tardará en llegar a los 20 millones de móviles aunque él sólo cuenta con alcanzar pronto el medio millón de ciudadanos registrados. Romero no duda en citar al politólogo norteamericano Francis Fukuyama, quien sostiene que estas iniciativas son capaces de regenerar la democracia.

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