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La resaca de la final de Copa del Rey

Se anuncia desbandada general

Dos tercios de los jugadores dejarán el Atlético, que será entrenado por Zambrano

Custodiado su autocar por la policía, en previsión de posibles incidentes que no se produjeron, y con el portero Toni mimado por cuantos se le acercaron, regresó de Valencia el Atlético, cuya expedición fue recibida en el Calderón, a las cuatro de la madrugada de ayer, por una cincuentena de aficionados, entre los que fueron contados quienes mostraron desaprobación. El técnico, Fernando Zambrano, bajó el primero del autocar, puso paz cuando uno de los allí concentrados criticó la gorra que llevaba Kiko, y ahí comenzó y terminó el amago de protesta, que dio paso a los aplausos, tímidos en la mayoría de los casos, excepto en el de Toni, un jugador poco apreciado por la grada hasta que Tamudo le birló el balón, convirtiéndole, paradójicamente, en el jugador más querido, en el héroe en medio de la desgracia.Fue un regreso, el del Atlético, con pinta de despedida. La imagen de Hasselbaink diciendo adiós a los empleados del club no tendría nada de particular, dado que se va a la Eurocopa con Holanda, si no fuera porque se marcha para no volver. Igual que Molina. Igual que Valerón. Igual que dos tercios de los jugadores de la plantilla, que a partir de la próxima temporada vestirán con seguridad otra camiseta.

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Será en esta semana cuando se vayan resolviendo algunos casos. El de Kiko, por ejemplo, que sigue anunciando su deseo de continuar en el club. Pero ese deseo no evitará la negociación, por culpa de los más de 300 millones de ficha que figuran en su contrato y que el Atlético no está dispuesto a seguir pagando. Durante la pasada semana el club buscó una salida a la situación de Kiko. Incluso se dejó caer que se habían entablado negociaciones con el Málaga para que el gaditano entrara como moneda de cambio en la contratación de Catanha, en lo que suponía una rocambolesca operación, que llevaría a Kiko cedido por un año al Málaga y a Catanha al Atlético, previo pago rojiblanco de una cifra cercana a los 2.000 millones de pesetas. Además, el Atlético se haría cargo de la mitad del sueldo de Kiko. Pero éste volvió a insistir: "Quiero seguir aquí". Para ello deberá renunciar a buena parte de la ficha, algo que, en palabras de Gil, "está dispuesto a hacer".

Si Kiko sigue, acompañará en la plantilla al puñado de jugadores que el club quiere mantener, compuesto por Toni, Aguilera, Gaspar, López, Gustavo, Baraja y Luque. Quedará por resolver la situación de veteranos como Toni o Santi, aunque en el caso de éste sus problemas con la afición le alejan del equipo. Los más cotizados, Hasselbaink, Molina o Valerón, pueden decidir su futuro en los próximas días o esperar a que finalice la Eurocopa. Casi con toda probabilidad, el destino del holandés será el Chelsea, el de Molina el Deportivo y el de Valerón el Valencia. Solari, cuya cláusula de rescisión es de 400 millones de pesetas, tiene ofertas del Zaragoza y Celta, también del Juventus y el Fiorentina. Bejbl quiere probar suerte en el calcio. Gamarra volverá a Brasil. Se esperan ofertas, que aún no llegan, por Capdevila, Ayala, Hugo Leal, Roberto, Njegus, Correa, Paunovic, Lardín y Pilipauskas.

De cómo marchen esas negociaciones informará el club durante esta semana a Fernando Zambrano, que definitivamente será quien ocupe el banquillo. A Gil le ha convencido su trabajo y ha decidido otorgarle el mando. Ayer, Zambrano seguía sin desvelar dato alguno sobre su continuidad, y se limitaba a reiterar que queda a las órdenes de un club, el Atlético, que va a aceptar de buen grado las despedidas que se produzcan y que intentará recaudar unos 10.000 millones de pesetas con la anunciada desbandada general.

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