Una historia contada entre telas
Mucho ha llovido para este negocio textil desde que a Melchor Hoyos le tocara vender, mientras viajaba en tren como representante de sus productos, una partida de miles de botones que compró aprovechando una oportunidad.Anécdotas aparte, el Grupo Hoyos tiene en la actualidad la firmeza que le da haber crecido ininterrumpidamente durante 52 años en el mercado de la facturación y la distribución textil nacional.
Compuesto por cuatro empresas, Cihosa, Cihodis, Distiel y Dehosa; las inmobiliarias Edificios Hoyos, Inversiones Campanar, Valle Ballestera e Inmobiliaria V. Ballestera y la patrimonial Diston's, el grupo facturó 6.307 millones de pesetas durante 1999, cuenta con unos 200 trabajadores en plantilla, una red nacional de unos 70 representantes comerciales y genera en torno a 200 empleos indirectos en los talleres que confeccionan sus diseños. A esta cifra hay que añadir los trabajos que crea y mantiene en los talleres de países como Taiwan o China, donde se fabrican "a un precio mejor" algunos de sus productos. Una relación, basada "en la calidad y en la seriedad", que la empresa está intentando acercar a países del norte de África para abaratar los costes de transporte.
El Grupo Hoyos era, y sigue siendo, un negocio familiar, marcado por la figura y personalidad de Melchos Hoyos, fundador y motor del grupo.
Desde su muerte, en 1997, su hija Mariola Hoyos, que creció al tiempo que el negocio y completó sus estudios de empresariales con el trabajo junto a su padre, dirije el rumbo de este grupo.
Quintos mayoristas a nivel nacional en distribución textil por detrás de El Corte Inglés, Cortefiel, Marks & Spencer y Zara, en la actualidad están preparándose para introducir sus productos en el mercado internacional, una opción muy poco explotada hasta el momento, y definida dentro del plan de futuro de la empresa.
Melchor Hoyos empezó en el sector textil de aprendiz en una paquetería familiar durante su adolescencia. Una vez aprendió los entresijos del negocio se estableció por su cuenta, cuando los trajes de caballero costaban 145 pesetas y los abrigos de señora 150. En 1948 abría sus puertas Almacenes Hoyos, una paquetería, situada en la calle Adressadors de Valencia, que vendía géneros de punto y confección y que tenía a sastres y modistas como principales clientes.
El pequeño negocio de Melchor Hoyos, que en un primer momento empleó a cinco dependientes, estaba estratégicamente situado en una de las vías de acceso al centro de la ciudad, paso obligado hacia la Avenida del Oeste.
En 1956 se produjo el primer "golpe de timón". La tienda de la calle Adressadors se quedó pequeña y nació, en la Gran Vía Fernando el Católico, la sociedad anónima Comercial Industrial Hoyos, la nueva empresa que incorporó al accionariado a Juan y Francisco Hoyos. Las actividades se diversificaron y a la venta se unió la fabricación propia.
El siguiente paso se produjo en 1969, cuando se inauguró en Barcelona Cihodis, "que fue una apuesta fuerte debido a la importancia que la empresa textil tiene en Cataluña", y a través de la que se vertebra desde entonces la distribución no sólo en Cataluña, sino también en Aragón y Baleares.
Desde entonces, la empresa no ha dejado de crecer. Nuevas líneas de confección, ampliación en plantilla, una política de marketing bien definida y la aspiración de ofrecer al cliente un servicio cada vez más completo están abriendo un nuevo camino en la empresa.
"Si no intentas introducir novedades en el mercado, eres uno más", afirma Mariola Hoyos. Esta filosofía es la bandera bajo la que navega este grupo de distribución y confección desde su nacimiento. Una convicción que llevó a Melchor Hoyos a introducir en Valencia las primeras medias de seda y que en la actualidad hace que el grupo, que ronda en la actualidad los 6.000 clientes, tenga su propio equipo de diseñadores que personalizan los productos que venden en cualquier punto de España tanto a pequeños como a grandes comercios. "Apostamos fuerte por el diseño propio y eso nos diferencia de ser un mero distribuidor, que se dedica únicamente a comprar y a vender", apunta la presidenta.
El centro neurálgico del grupo está en la empresa Comercial Industrial Hoyos en la Avenida Pío XII de Valencia. Desde allí, se dirige la reestructuración global del grupo.
"Sabemos lo que tenemos qué hacer, cuándo, dónde y a través de quién. Está todo perfectamente evaluado", afirma Carlos Párraga, consejero delegado.
La renovación, que empezó en septiembre del año pasado, ha informatizado el grupo textil e introduce un nuevo concepto empresarial que pasa por la formación continua de sus empleados y la introducción de una filosofía comercial más agresiva y moderna.
La apertura de sus productos al mercado internacional es uno de los puntos fuertes de la nueva estrategia empresarial y una de las asignaturas pendientes del Grupo Hoyos. En la actualidad, la venta de productos a otros países es mínima y se centra principalmente en Portugal y Francia.
Los responsables de la emprea textil también están preparando la apertura de una serie de tiendas de venta directa de sus productos al público, que en principio se ubicarán a modo de franquicia en Valencia y Barcelona, ciudades donde Hoyos tiene un centro distribuidor.
Este proyecto, junto a la futura apertura de un almacén en Madrid, "un mercado que históricamente ha sido difícil para nosotros, pero que tiene un gran potencial", completan los planes del Grupo Hoyos para los próximos años.
La figura del fundador
El desarrollo del grupo textil, desde su creación hasta la actualidad ha estado muy marcado por la figura de Melchor Hoyos. La empresa, dirigida en la actualidad por la segunda generación, a través de su hija Mariola Hoyos, "guarda el concepto famliar, que es muy importante, pero estamos introduciendo cambios en la forma de entender y proyectar el negocio".Melchor Hoyos era el ejemplo claro de comerciante emprendedor y con visión de futuro. Una clarividencia debida al largo bagaje acumulado al trabajar desde los 10 años en el negocio.
Manchego de nacimiento, se trasladó desde Albacete a Valencia, ciudad en la que residió desde entonces. De personalidad marcada y voluntad emprendedora, Melchor Hoyos supo afianzar un negocio que conocía muy bien.
Con independencia de su actividad profesional, Melchor Hoyos estuvo siempre muy relacionado con la realidad de la ciudad en la que trabajaba y, entre otras cosas, llegó a ser presidente del Valencia Club de Futbol. Miembro de numerosos organismos, fundaciones y organizaciones valencianas económicas, culturales e incluso científicas, el fundador del grupo textil recibió, entre otras condecoraciones, la Cruz de la Real Orden del Mérito Civil y fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad de Valencia a título póstumo.
Esta estrecha relación con la sociedad en la que vivía es continuada en la actualidad por sus sucesores, que afirman haber reibido no sólo un negocio familiar, sino una filosofía de vida.
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