La Caixa potenciará su presencia internacional con su nuevo grupo de empresas
La Caixa quiere potenciar su presencia en negocios internacionales con la nueva empresa Caixaholding, que acaba de constituir agrupando todas sus participaciones empresariales, cuyo valor de mercado asciende de tres billones de pesetas. Según fuentes de La Caixa, el grupo empresarial agrupado en Caixaholding tendrá el tamaño suficiente como para poder acudir a operaciones internacionales. Con esta reorganización, la entidad desborda su marco tradicional de caja de ahorros y se configura como grupo financiero.
El otro gran motivo que ha impulsado a crear el holding empresarial es la agilidad que proporciona operar desde una sociedad anónima, así como la unidad de gestión que conlleva. Las principales participaciones que reunirá Caixaholding son Acesa (33,8%); Gas Natural (26,1%); Telefónica (5%), y Repsol (9,9%).Fuentes de la entidad de ahorro descartaron ayer que la creación de esta empresa persiga obtener beneficios fiscales. Estas fuentes afirmaron que la empresa se capitaliza aportando La Caixa las acciones de sus participadas y recalcaron que no habrá beneficios fiscales porque no se producirá la actualización del valor de las participaciones que se agrupan en la nueva sociedad.
El tronco de gestión de Caiaholding correspoderá a la comisión ejecutiva de La Caixa. La empresa estará presidida por el propio presidente de La Caixa, Josep Vilarasau, y formarán parte de la dirección Isidre Fainé, director general de La Caixa, y Antoni Brufau, director general del grupo industrial de La Caixa.
Al trasladar la comisión ejecutiva de la entidad en pleno al consejo de Caixaholding se consolida el papel del presidente Josep Vilarasau. Mientras el ordenamiento jurídico de las cajas de ahorros confiere un poder limitado a sus presidentes, en el caso de las sociedades mercantiles es todo lo contrario. En una sociedad anónima, como Caixaholding, el presidente tiene los máximos poderes delegados de su consejo.
Por otra parte, La Caixa ha querido poner énfasis en que es un interlocutor necesario en sectores como el energético o las telecomunicaciones, que están atravesando una etapa de liberalización creciente y donde se están produciendo cambios.
