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Toma el dinero y vuela

La precaria situación de seguridad pública que desde hace semanas padece Filipinas rizó ayer el rizo, cuando el supuesto secuestrador de un avión de pasajeros saltó en paracaídas antes de aterrizar en Manila después de haber despojado a algunos pasajeros, por dos veces, de dinero y otros objetos de valor. Anoche se informó que había sido detenido al sur de la capital filipina Augusto Lakandula como autor del rocambolesco secuestro. Según el relato del piloto del avión de Philippine Airlines, es un hombre frustrado porque su mujer se había ido con otro.Todo sonaba muy inverosímil y lo único cierto es que un hombre que embarcó en Davao (en la isla sureña de Mindanao) en el Airbus A330, con otras 289 personas, acabó saltando por el aire a una veintena de kilómetros del destino final del viaje. Según las precipitadas versiones que ofrecieron pasajeros y tripulantes, en pleno vuelo el hombre se dirigió hacia la cabina de los pilotos y efectuó un disparo. "Decía que su familia le había abandonado y que su mujer tenía un lío con un policía", comentó el capitán del aparato. "Estaba muy nervioso y dijo que si no hacíamos lo que nos ordenara todos moriríamos".

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Cuando pidió volver al aeropuerto de Davao, a unos mil kilómetros de Manila, el capitán le anunció que no disponía de suficiente combustible, por lo que el hombre, que llevaba una pistola, una granada de mano y se cubría con un pasamontañas azul, optó por seguir adelante. Desde la cabina se anunció al pasaje que el hombre quería dinero y se hizo correr una bolsa. Cuando llegó de nuevo a la cabina, el secuestrador se molestó porque no había suficiente dinero y la volvió a pasar.

Al cabo de un rato, ya en las inmediaciones de la capital y satisfecho o resignado con su botín, pidió que le abrieran la puerta, que él iba a saltar. Los pormenores de este detalle no estaban anoche claros. No se sabía si el hombre llevaba su propio paracaídas o se hizo con uno a bordo. Una pasajera aseguró que el secuestrador tenía cuerdas y parecía haberse preparado para el salto.

El piloto bajó el Airbus hasta una altura de 2.000 metros y despresurizó la cabina para que un asistente de vuelo abriera la puerta posterior izquierda y empujara fuera al desconocido.

Las autoridades subrayaron desde el principio que el incidente no tenía origen político y se preguntaban cómo había podido subir al avión un hombre en tales condiciones, dado el reforzamiento de las medidas de seguridad en los aeropuertos, en particular en los de Mindanao, provocado por la campaña de atentados que se registra en las últimas semanas.

El de ayer fue el primer seudosecuestro aéreo que se produce en Filipinas desde 1982, tercero de la historia de la aviación en el que el asaltante huye en paracaídas. Los dos casos precedentes acabaron de muy distinta forma. Del norteamericano que saltó en 1971 sobre el accidentado noroeste de Estados Unidos con 200.000 dólares en su poder nunca más se supo. Un antiguo piloto del Ejército de Vietnam del Sur desvió en 1992 un avión de pasajeros para lanzar propaganda anticomunista sobre la ciudad de Ho Chi Minh (antigua Saigón). Fue capturado al llegar a tierra y pasó seis años en la cárcel.

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