Tres expediciones intentarán mañana y el jueves el ataque final al Everest

El tercer y definitivo ataque de la expedición navarra al Everest comenzó ayer según lo previsto: Mikel Zabalza, Koldo Aldaz y yo salíamos del campo base bajo una intensa nevada. El líder de la expedición Retena Odisea 2000, Iñaki Ochoa de Olza, -que partirá hoy junto a Carlos Pauner- miraba al cielo y no lo veía, aunque los partes meteorológicos prometían optimismo para el jueves y el viernes, los días elegidos por todos los expedicionarios españoles para hacer el tercer y último intento de coronar el Everest por la cara norte. No hay más opciones: o cumbre o regreso a casa.Entre mañana y el jueves buscaremos la cumbre la expedición navarra, la de Al filo de lo Imposible, encabezada por Juanito Oiarzabal -que sale hoy desde el campo base avanzado- y una expedición comercial inglesa. El navarro Mikel Zabalza alcanzó ayer el campo 2 (7.700 metros), mientras Koldo Aldaz se situaba en el campo 1 (7.000 metros).

Abajo, el campo base avanzado sigue pareciendo "un hospital de campaña", en palabras de Iñaki Ochoa de Olza, que se recupera de los problemas en los pies y el cansancio del segundo intento fallido en la madrugada del pasado sábado. "Es muy difícil transmitir lo que padecimos entonces. La mayor parte de las expediciones han sacado bandera blanca y buena parte de sus miembros han desistido. Las congelaciones y el cansancio han hecho mella en sus integrantes", afirma.

Juanito Oiarzabal, uno de los más afectados de aquel intento infernal, no sólo ha hecho oídos sordos a quienes le aconsejaron que desistiera -por los daños de congelación en su nariz-, sino que ha decidido adelantar a hoy la partida para el ataque final. Todos caminan contrarreloj. Un atisbo de esperanza metorológica y la fecha de caducidad de los permisos, unidos a la amenaza del monzón, obligan a apurar las posibilidades. Ninguno de cuantos llegaron al campo base en marzo ha conseguido hasta ahora ascender sin oxígeno por la cara norte. Otro reto.