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Entrevista:ENRIQUE GABRIELDIRECTOR DE CINE

"Los festivales valen, sobre todo, como bálsamo para el ego"

Ginés Donaire

,Enrique Gabriel, nacido en Argentina en 1957, vive a caballo entre Madrid y París, aunque con la mochila siempre preparada para viajar por Europa y América de la mano de sus películas. La última de ellas, Las huellas borradas (Premio a la Mejor Película en el Festival de Málaga de 1999), es también, como sus dos primeras (Krapatchouk y La puta calle), una historia humana, sin duda lo que más le apasiona a la hora de hacer cine. Gabriel ha estado en Jaén, invitado por el área de Cultura de la Diputación, y ha alertado de un futuro lleno de obstáculos para el cine español.Pregunta. ¿Hasta qué punto sus películas son una crítica social?

Respuesta. Más que crítica, digamos que tienen un componente social. Yo no me siento abanderado de ninguna causa porque no tengo una lógica muy coherente ni una postura política determinada, sino que pico un poco de cada tendencia que me parece coherente y justa. Las películas que he hecho hasta ahora y las que estoy preparando tendrán ese componente social en la medida en que los protagonistas suelen ser seres humanos que viven y se debaten entre la ética y el compromiso.

P. Después de tantos años afincado en España, ¿se considera uno más de los directores nacionales?

R. Yo no me considero nada, si acaso un privilegiado al tener la posibilidad de ejercer el oficio que me apasiona. Aunque también soy consciente de que esto es una cuerda floja de la que en cualquier momento me puedo caer. Ahora parece que sopla un viento a favor de mis espaldas e intento situarme en la posición adecuada.

P. Bajo ese prisma, ¿cree favorable el momento del cine español?

R. Según el triunfalismo del colectivo parece que va bien. Ahora bien, yo no sé si hay motivos para ser optimista en cuanto a lo que se avecina. En España ha aumentado la calidad técnica y artística de las películas, pero esto puede estar amenazado por la modificación de las leyes de mercado y la desaparición de las protecciones. El hecho de que haya habido un desarrollo artístico requiere que, paralelamente, haya un seguimiento político y proteccionista, pues el cine, como expresión artística y variedad cultural, requiere apoyo y ayudas. De poco valen los esfuerzos si la película no encuentra los escaparates necesarios.

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P. ¿Y usted piensa en la vertiente comercial cuando hace la película?

R. No, me la planteo intentando ser lo más honesto posible conmigo mismo, pero obviamente no puedo girar la espalda a las necesidades comerciales. Tampoco los festivales son el escaparate adecuado, sino el consuelo de tontos.El escaparate auténtico es la taquilla. Los festivales valen, sobre todo, como bálsamo para el ego, aunque en mi caso me hacen aprender y hasta crecer intelectualmente.

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