La niebla de la mañana en Barajas obliga a cancelar 44 vuelos y provoca retrasos en 700
Unos 700 aterrizajes y despegues (el 70% de los efectuados y en los que viajaban cerca de 75.000 personas) sufrieron ayer retrasos en Barajas a causa de la niebla que afectó a las instalaciones entre las 3.00 y las 10.00 y obligó a cancelar otros 44 vuelos. El retraso medio se situó en torno a la hora. AENA, organismo público que gestiona el aeropuerto, confirmó ayer que la baja visibilidad fue el motivo principal de las demoras, aunque recordó que existen "multiples causas" que también pueden provocarlas. Iberia indicó que el 83,94% de los retrasos tuvo su origen en la niebla.
Barajas vivió ayer una jornada de retrasos generalizados provocados por la espesa niebla que afectó al aeropuerto y su entorno entre las tres de la madrugada y las diez de la mañana, según confirmaron todas las compañías aéreas consultadas por este periódico.Cuando la visibilidad es baja (ayer se redujo a menos de 200 metros, frente al más de kilómetro y medio habitual), las autoridades aeronáuticas aumentan la distancia entre las aeronaves que parten y llegan al aeropuerto por motivos de seguridad. El tráfico sobre las pistas se hace más lento por los mismos motivos. Además, los aviones que no cuentan con los equipos necesarios para aterrizar en estas condiciones meteorológicas (principalmente las aeronaves más antiguas y las más pequeñas) deben volver a sus aeropuertos de origen o a otros aeródromos en los que no haya problemas de niebla.
Por ello, el número de operaciones a la hora que puede alcanzar un aeródromo afectado por este fenómeno meteorológico disminuye notablemente. Barajas, que puede llegar a realizar hasta 74 operaciones por hora, efectuó entre las siete y las ocho de la mañana de ayer sólo 54 operaciones, 63 en la hora posterior y 57 entre las nueve y las diez.
'Efecto dominó'
Esta disminución del número de vuelos repercute negativamente en las operaciones posteriores, que tampoco pueden efectuarse hasta que no salgan o se anulen los vuelos que las preceden. Se produce así el denominado efecto dominó: los retrasos se incrementan con el paso de las horas, ya que hay más aviones en espera de los que el aeropuerto puede asumir.
Iberia explicó ayer que a la una de la tarde, tres horas después de que la niebla hubiese levantado, el retraso medio superaba los 60 minutos por estas razones. De hecho, AENA estimó en 45 el número de operaciones de salida que llevaban más de una hora de retraso a las once de la mañana.
Si el aeropuerto y las compañías no consiguen dar salida a los vuelos retrasados a lo largo del día, con la llegada de la noche comienzan las cancelaciones. Las tripulaciones pueden superar su horario máximo de trabajo y entonces es necesario buscar otras de recambio. A las nueve de la noche de ayer habían sido suspendidos, según los datos de AENA, 44 de los 1.011 vuelos previstos en Barajas.
La compañía Iberia, que realiza la mitad de los vuelos que se efectúan diariamente en Barajas, no tuvo reparos a la hora de reconocer las causas de las demoras. "Hoy [por ayer] ha pasado lo mismo que ocurre en otros aeropuertos del mundo cuando cae la niebla: aumentan los retrasos", dijeron. Sus portavoces explicaron que la niebla obligó a retrasar directamente al 51,56% de sus vuelos, mientras que otro 32,28% resultó también demorado porque los anteriores no podían partir o llegar a la hora. El resto de los retrasos que sufrió esta compañía tuvo otros orígenes, entre ellos, las averías o los problemas de mantenimiento en los aviones (4%).
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea señaló en un comunicado remitido a este periódico que, además de la niebla, existen diferentes causas que pueden provocar retrasos. Enumeró hasta diez: "Los motivos de todos los retrasos [de Barajas] no podemos confirmar que sean debidos a las condiciones de baja visibilidad que afectaron al aeropuerto entre las tres y las diez de la mañana. Este extremo sólo lo pueden confirmar las compañías. Existen otras múltiples causas de retrasos, como son la rotación de tripulaciones, de los aviones, el cierre tardío de la facturación, enlaces [perdidos] de pasajeros, cátering, cambio de avión, problemas de embarque de los equipajes, retrasos de embarque de pasajeros, congestión de tráfico aéreo y problemas meteorológicos...".
"Las instalaciones aeroportuarias", continúa el comunicado de AENA, "están preparadas para mantener el nivel normal de operaciones aun en condiciones de muy baja visibilidad. Sin embargo, los despegues y aterrizajes sólo se inician si la aeronave y la tripulación poseen la calificación adecuada para operar de acuerdo con la categoría [visibilidad] en la que se encuentre la pista en ese momento".
AENA añadió que, según los datos de Eurocontrol (centro de tráfico de la Unión Europea), la puntualidad de los vuelos de salida en el aeropuerto madrileño de Barajas fue del 50%, mientras que la de los de llegada se situó en torno al 32%.
Los datos del centro de Eurocontrol (que se halla en Bruselas) sólo recogen la puntualidad en el espacio aéreo (datos ATFM), pero no las demoras que los aviones sufren en tierra y que son, a la postre, las que sienten directamente los pasajeros.
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