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La prueba policial sólo halla pólvora en una mano de la mujer muerta en Vallecas

La prueba de la parafina ha descubierto que sólo había restos de pólvora en la mano derecha de María del Carmen Pérez Márquez, la mujer de 30 años fallecida el pasado viernes en su piso de Vallecas con un tiro en la cabeza. Su novio, Ángel A. F., un policía nacional, la encontró muerta en el piso que ambos compartían. El agente, de 32 años, también pasó la prueba de la parafina, sin que se hallarán en su cuerpo restos de munición de su arma de fuego reglamentaria, con la que supuestamente se suicidó María del Carmen Pérez. A tenor de este primer análisis, los investigadores sospechan que la mujer apretó el gatillo de la pistola reglamentaria.La prueba de la parafina, que permite descubrir si una persona ha disparado un arma, pues durante las 24 horas siguientes quedan restos de pólvora y antimonio en la mano, no será determinante, ya que en el informe pericial todavía quedan pendientes los resultados de la prueba de balística y lofoscópica (huellas) que se recogieron en el lugar de los hechos durante la inspección ocular de los especialistas de policía científica. La familia de la víctima pidió ayer en el juzgado una investigación exhaustiva para aclarar el caso, que congregó el pasado viernes a 300 vecinos ante la casa de la pareja para reclamar que se detuviera al agente. Los vecinos acusaban al policía de haber matado a la mujer. Ángel A. F. explicó el pasado viernes en el juzgado que al regresar a su piso de Vallecas se encontró a su novia muerta. El policía reconoció que unas horas antes había sostenido una discusión con la mujer. El agente no ha sido imputado en ningún delito y sólo esta citado como testigo por el juzgado, según fuentes sindicales. El juez encargado del caso ha pedido a la policía que amplíe las investigaciones e interrogue a posibles testigos o amigos de la víctima, según explicaron ayer amigos del agente.

El resultado de la prueba de la parafina, según los investigadores, apunta a que María del Carmen fue la única que manejó el arma en el momento del disparo. Los investigadores también apuntan a que el motivo del suicidio pudo ser la discusión con su novio. La familia de María del Carmen mantiene que el policía disparó contra ella y que después le dijo al padre por teléfono que habían discutido y que su hija había muerto.

PASA A LA PÁGINA 4

La Dirección de Policía da vacaciones al novio de la mujer muerta

VIENE DE LA PÁGINA 1 La Dirección General de Policía aseguró ayer que ha concedido unos días de vacaciones al agente. Además, un portavoz de este cuerpo aclaró que se ha abierto un informe que podría acarrear la apertura de un expediente si se demuestra que el agente ha cometido alguna falta o delito. "Aunque se demuestre que ha sido un suicidio se podría expedientar al agente por haber cometido alguna otra imprudencia", añadieron las mismas fuentes. El agente nunca ha dado problemas y en su hoja de servicio no tiene registrado ningún incidente.

La familia de María del Carmen calificó al agente como un "celoso psicópata y crónico, una persona obsesiva y agresiva", cuya vida "está rodeada de misterio".

Antonio Pérez Marqués, hermano de Mayka, declaró ayer tarde a Europa Press que su familia "no se cree que la joven se haya suicidado, como viene a decir la prueba de la parafina, que constata que la mujer tenía pólvora en sus manos y por lo tanto que tocó el arma".

"Prueba falseada"

El hermano de María del Carmen, Antonio Pérez, ratificó que su hermana no se quitó la vida: "Hay que aclarar todo el tiempo que él estuvo a solas con ella y lo que tardó en avisar de lo ocurrido". Un portavoz de la familia añadió que "la prueba de la parafina es muy sencilla de falsear para alguien como un policía destinado en la lucha antiterrorista".

María del Carmen Pérez Marqués murió el viernes por la tarde de un disparo en la cabeza. El cadáver se encontraba en su dormitorio, en el primer piso del portal 114 de la calle de Ramón Pérez de Ayala, en la colonia de Fontarrón del Puente de Vallecas. La versión facilitada por la Jefatura Superior de Policía recoge que el agente discutió con la chica, a la que llegó a pedir que hiciera las maletas y que se fuera de su casa. Luego escuchó un disparo procedente del dormitorio. Estas mismas fuentes policiales aseguran que cuando el agente entró en el cuarto halló a su novia con un tiro en la sien derecha. Se había disparado, supuestamente, con el arma reglamentaria del policía. Fue el propio agente, Ángel de A. F., quien le dijo al padre de María del Carmen, en una conversación telefónica, que su "hija se había disparado" en la cabeza y que había muerto.

Los familiares de la mujer sostienen una versión opuesta a la de Ángel de A. F. Aseguran que el policía fue a recoger a su novia al colegio, el Siglo XXI de Moratalaz, donde trabajaba como encargada de la secretaría supliendo a su hermana África, de baja por parto. Tras recoger a María del Carmen, ella y Ángel se trasladaron a su domicilio, en Puente de Vallecas, y estuvieron juntos toda la tarde. Los padres de la víctima llamaron en repetidas ocasiones a la pareja, tanto a su teléfono móvil como al fijo de su domicilio. El policía sólo contestó una vez y dijo a la madre de su novia que no podía atenderla "porque tenía un problema".

La madre siguió insistiendo y también telefoneó al móvil. Al cabo de 20 minutos, Ángel de A. F. cogió el teléfono y le volvió a atender una nueva llamada, y le espetó que había matado a su hija de un tiro, según asegura un portavoz de la familia. Ésta reclama que se "investigue el caso hasta el final", porque existen muchas lagunas en la forma de actuar del agente. El cuñado de la víctima aseguró ayer que el policía estuvo cerca de tres horas a solas con el cadáver (llegaron a las cuatro de la tarde a la casa y no notificó la muerte hasta cerca de las siete).

"¿Qué hizo en ese tiempo? ¿Destruyó pruebas? Si mi hermana se suicidó con su arma reglamentaria, ¿por qué dejo su pistola en casa? ¿qué hicieron los primeros policías que llegaron a la casa antes de los médicos del 061?", se preguntó ayer la hermana de la fallecida, África.

Antonio Pérez, el padre de Mayka, dijo ayer que habían advertido a su hija del peligro que corría al salir con el policía: "Era muy raro y una cosa mala, los celos se lo comían y no quería vernos a nadie de la familia. Le aconsejé que le dejara, que cualquier día le iba a pegar un tiro, y ella me dijo: 'Anda, papá, cómo va a hacer eso". Todos los amigos y la familia de Mayka, que vivía con sus padres en un piso del paseo de Extremadura, mantienen que era imposible que se sucidase. "La vida le iba bien y no tenía motivos para hacer esa barbaridad", señaló un vecino.

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