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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

China, más cerca

El acuerdo alcanzado entre China y la Unión Europea constituye un paso importante para desbloquear el definitivo acceso del país más poblado de la Tierra a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Un camino largo y tortuoso que ha tenido en la sistemática oposición estadounidense su principal obstáculo y que ahora se presenta con elevadas probabilidades de que al final de año esa potencia comercial forme parte de la institución internacional. Será la próxima semana cuando la Cámara de Representantes vote el acuerdo sobre relaciones comerciales permanentes entre EE UU y China. Tras el acuerdo con la UE, la aprobación norteamericana es más probable.Además de las obvias ventajas que para el conjunto de la economía mundial tiene que una economía de la envergadura de la de China quede definitivamente integrada en el sistema de arbitraje internacional que supone la OMC, las implicaciones son específicamente favorables para Europa. Siendo el octavo país receptor de exportaciones europeas, la balanza comercial con la UE era hasta ahora muy favorable a China.

Los detalles concretos del acuerdo no serán conocidos hasta que el comisario de Comercio, Pascual Lamy, los presente en el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE, el próximo lunes; pero ya se sabe que las autoridades chinas han aceptado una amplia reducción arancelaria sobre una lista de más de 150 productos industriales y agrícolas procedentes de la UE, de forma que el arancel medio podría caer en torno a diez puntos. Europa consigue también nuevas licencias para compañías de seguros, mejoras en el trato de las entidades bancarias y facilidades adicionales para la industria del automóvil; y se abren posibilidades de participación en el prometedor mercado de las telecomunicaciones de aquel país, aunque en inferiores condiciones que las conseguidas por EEUU.

Los acuerdos bilaterales pendientes similares al suscrito con la UE (Costa Rica, Ecuador, México, Guatemala y Suiza) no deberían interponerse en esta recta final hacia la definitiva incorporación a la OMC si la Cámara de Representantes estadounidense concede su respaldo. Si el miércoles se aprueba, además de satisfacer una larga aspiración, China habría sentado las bases de una más explícita homologación de su economía con las de los países más avanzados. También será más estrecho el escrutinio que a partir de ahora se haga de la evolución de su régimen político.

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