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ERNEST MARTÍNEZ IZQUIERDODIRECTOR DE ORQUESTA

"Mi etapa de militante radical de la música contemporánea ya es historia"

Los años moderan el temperamento, y al director de orquesta catalán Ernest Martínez Izquierdo (Barcelona, 1962), que desde 1997 es el titular de la Orquesta Pablo Sarasate de Pamplona, el más antiguo de los conjuntos musicales en activo de España, los tres lustros que lleva ejerciendo como profesional de la batuta le han atemperado la afilada lengua que le dio no pocos problemas en un pasado no muy lejano. La diplomacia, sin embargo, sigue siendo una de sus asignaturas pendientes. De hecho, nunca la quiso cursar porque es incapaza de ver gris lo que es blanco y azul marino lo que es negro. "Nunca me he arrepentido de nada. Creo que las lecciones más importantes las he aprendido de las bofetadas que he recibido", afirma este músico que considera ya terminada su época de defensor fundamentalista, de palabra y obra, de la música contemporánea. "Cada vez soy más selectivo y no oculto que mi etapa de militante radical de la contemporaneidad musical ya es historia", confiesa.Ernest Martínez Izquierdo dirige la Orquesta Pablo Sarasate, fundada en 1879 por el célebre violinista y compositor que le da nombre, con la que actúo ayer y repite hoy en el Palau de la Música. Ésta es la primera visita a Barcelona del centenario conjunto musical y, según su director, "la salida de Navarra más importante" que ha hecho nunca. "Antes de empezar a viajar debíamos realizar un buen trabajo de base en nuestra propia casa. Ahora podemos ir a Barcelona con la cabeza bien alta, porque la orquesta ya es un buen instrumento", asegura. En el concierto de ayer, incluido en el ciclo Els diumenges al Palau, interpretaron un programa dedicado a Haydn con la Sinfonía número 22 'El filósofo' y la Misa 'in tempore belli', en la que contaron con la colaboración del Orfeó Català y la soprano Marta Almajano, la contralto Marisa Martins, el tenor Lambert Climent y el bajo Josep Miquel Ramon como solistas. Hoy, en el ciclo Concerts de tarda, el programa incluye la Sinfonía núm. 88 de Haydn; las Variaciones sobre un tema de Haydn de Brahms y la Sinfonía clásica de Prokófiev.

La Pablo Sarasate, integrada por 38 músicos, es por presupuesto la más modesta de las orquestas españolas públicas, pero según Martínez Izquierdo es muy ambiciosa musicalmente: "Desde que me hice cargo del conjunto, que pese a su veteranía se puede considerar una de las orquestas formadas en las últimas dos décadas en España porque empezó a ser profesional hace 15 años, me empeñé en convertir nuestras propias limitaciones en virtudes. La plantilla es pequeña y no nos permite abordar el repertorio romántico y posromántico de las orquestas sinfónicas, así que optamos por las obras que éstas no tocan, las de la época del clasicismo y la música del siglo XX, que se ajustan a nuestra plantilla, y por hacer todo este repertorio con una concepción moderna de la interpretación para que suene cercana a la época en que fueron concebidas las obras".

Ernest Martínez Izquierdo afirma: "Cualquier orquesta de provincias es, hoy por hoy, mejor que las que existen en las grandes capitales españolas. De hecho, las de provincias son las que están haciendo cosas más interesantes, porque tienen más libertad, menos injerencias políticas, y los vicios de los músicos son menores porque los conjuntos tienen pocos años de vida". Contar con un alto presupuesto no es, a juicio del director, sinónimo de buena orquesta. "Si las grandes orquesta españolas, las de Madrid y Barcelona, no están consideradas las mejores no es por falta de dinero. Los problemas no son de presupuesto, sino de gestión, y los responsables de la gestión son los políticos y los gerentes, no los músicos, que son los menos responsables de todo porque no tienen poder de decisión".

Asegura el director que su ambición es dirigir cada vez más buenas orquestas, pero no a cualquier precio. "Lo más importante no es el sueldo que te pagan, sino poder trabajar con traquilidad, sin injerencias políticas. Me siento un privilegiado por hacer lo que me gusta y trabajar como creo que debo hacerlo, y he renunciado a marcame hitos porque es la mejor manera de no ser un frustrado. Vivir bien y sentirme feliz es lo principal, porque sólo se vive una vez".

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