Cortes de tráfico en la calle de Aragó para ampliar las aceras

La calle de Aragó, en Barcelona, verá cómo esta misma semana empiezan las obras para ampliar las aceras en las cuatro manzanas del tramo comprendido entre la Diagonal y el paseo de Sant Joan. Con ello, la vía quedará alineada con el resto de la calle entre Sant Joan y la calle de Casanova, donde las aceras han ganado casi dos metros, en detrimento del tráfico rodado. Los ocho carriles actuales se reducirán a seis y el asfalto que se coloque contribuirá a reducir el ruido del tráfico.

Las obras que se iniciarán el próximo miércoles 24 de mayo y que se prolongarán hasta el mes de octubre, servirán para convertir la actuales aceras, de cuatro metros de ancho, en otras de 5,8 metros. La anchura total de la calle es de 30 metros, de los que 22 están ocupados por los coches y ocho quedan reservados para los peatones que los comparten con las motos. Cuando terminen las obras, los peatones habrán ganado espacio porque, además del crecimiento de las aceras, se habilitará una banda, en el lado de mar, para que aparquen los motoristas.El tramo afectado por las obras tiene una longitud de 460 metros, la zona de actuación es de 16.500 metros cuadrados y el coste de la operación, de 190 millones de pesetas.

El Ayuntamiento aprovechará la ampliación para realizar otras obras previstas, entre ellas, la canalización de fibra óptica, pero también la mejora del firme, ya que se colocará un asfalto especial que absorbe el ruido del tráfico. Aragó es, en estos momentos, una de las arterias más ruidosas de Barcelona, entre otros motivos porque también es de las que soporta mayor tráfico debido a su amplitud y a que es la vía interior más idónea para cruzar el ensanche urbano.

Cortes alternativos

Los olmos que hay en la avenida se mantendrán en su ubicación actual y se plantarán algunos más, así como plátanos que falten en los chaflanes. Para evitar la penetración de las raíces de las plantas en el sistema de alcantarillado, éste será reforzado con planchas especiales. También será necesario modificar la ubicación de los sumideros de las alcantarillas para adaptarlos a la nueva distribución de la calle.

La actuación se hará en los dos lados de la calle, pero las obras sólo implicarán el corte de una zona. La restricción del tráfico supondrá la pérdida de 7,5 metros de la calzada actual, a lo que habrá que añadir un poco más cuando se produzca la renovación del pavimento.

El Ayuntamiento reordenará también los semáforos, sustituirá las farolas y cambiará el pavimento de las aceras que actualmente se halla en un estado de franco deterioro. Aragó dispone ahora de ocho carriles. El de la banda izquierda está reservado a aparcamiento. En el futuro tendrá seis carriles y una banda de aparcamiento para motos.

La pérdida de espacio para el tráfico rodado no debe suponer una reducción de la velocidad media de la vía (actualmente de poco más de 22 kilómetros por hora), como tampoco se produjeron los colapsos vaticinados cuando se acometieron las ampliaciones equivalentes en el tramo de Aragó entre Sant Joan y Casanova.