Cerrazón

En Jaén, hace algún tiempo que tildaron de bromista visceral al anónimo que un buen día pintó en el cartel colocado sobre la puerta de la vieja cárcel, donde se anuncia que ese inmueble será la sede del futuro Museo Internacional de Arte Ibérico, que su inauguración está prevista para el año 2031. Teniendo en cuenta lo enconado del conflicto, que enfrenta a la Diputación y la Junta con el Estado, el anónimo pintor habrá resultado ser, además, profeta.Sólo desde la cerrazón más absurda puede entenderse la postura de los dirigentes políticos provinciales para hacer del tema del museo el espectáculo más deplorable de cuantos se le recuerdan a la clase política de Jaén. Cerrazón la del presidente de la Diputación, Felipe López, que se niega sistemáticamente a retirar el recurso interpuesto en el Supremo reclamando la titularidad de ese edificio. Y cerrazón la del alcalde, Miguel Sánchez de Alcázar, y ahora también la del ministro de Hacienda, el jiennense Cristóbal Montoro, que no aceptan colocar al documento de reversión del edificio que éste irá destinado exclusivamente a Museo de Arte Ibérico. Lo incongruente de la historia es que todos ellos, en sus declaraciones públicas, coinciden en hacer del museo un tema prioritario.

¿Qué es lo que está ocurriendo entonces? Tan sencillo como que en el núcleo duro del PP no quieren que el vetusto y extenso edificio de la antigua prisión, o al menos parte de él, se destine a un museo largamente reclamado desde sectores progresistas, y abanderado por las instituciones gobernadas por el PSOE. Su demagogia es que en público no se atreven a decirlo, porque saben del coste político que tendría entre la ciudadanía, cada vez más convencida de la hegemonía de Jaén en el arte ibérico mundial. Dirigentes del PP se muestran partidarios, en voz baja, de enclavar en ese edificio, con una ubicación privilegiada en el centro de la capital, algo "más rentable", como un palacio de congresos o la nueva sede de Hacienda.

Como si la cultura no fuese algo rentable. Que se lo pregunten si no a la consejera Carmen Calvo, que ayer exclamó a los cuatro vientos que "la mejor manera de cohesión de un territorio es la cultura". Menos mal que siempre cabe la esperanza de que los políticos de Jaén se aplicaran ayer el cuento y tomen al pie de la letra el lema del Día Internacional de los Museos: "Una vida de paz y armonía".