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La Audiencia de Lleida deja libre al joven de Cervera acusado de matar a su novia

La Audiencia de Lleida decretó ayer la libertad provisional de Serafín Cervilla Valle, el joven de Cervera (Segarra) detenido el pasado mes de octubre como presunto autor de la violación y el asesinato de su novia, Marina Ruiz García, cuyo cadáver fue encontrado sobre las vías del tren. El crimen y la posterior detención del principal acusado causaron una gran conmoción entre los vecinos de Cervera.El tribunal, que ha estimado parcialmente el recurso de apelación presentado por la defensa de Cervilla solicitando su libertad, considera que, en aplicación de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, no existen razones para mantener al acusado en prisión hasta la celebración del juicio, "aun existiendo indicios racionales de criminalidad sobre hechos tan graves como los que han motivado la incoación de la presente causa, que apuntan al ahora recurrente como autor de los mismos".

El magistrado que ha redactado la resolución que permite gozar de libertad provisional a Cervilla, previo pago de una fianza de dos millones de pesetas, justifica su decisión en que la instrucción de la causa se halla agotada y ha disminuido la alarma social suscitada por los hechos. El ponente también ha tenido en cuenta otras circunstancias personales del detenido, como que es una persona que ha colaborado con la investigación, que nunca trató de huir y que tiene un arraigo familiar, social y laboral.

El cadáver de Marina Ruiz, de 23 años, vecina de Calaf, fue descubierto el 15 de febrero de 1999 por el maquinista de un tren a unos dos kilómetros de la estación de Cervera. La autopsia reveló que la mujer tuvo una muerte cruel porque el asesino se ensañó con ella antes de matarla, ya que presentaba un golpe en la cabeza, un mordisco en el pecho y un desgarro vaginal. A pesar de que el cuerpo fue encontrado semidesnudo en medio de las vías, los investigadores creyeron desde el primer momento que fue asesinada en otro lugar, posiblemente cerca de la fábrica textil en la que trabajaba y adonde se dirigía a pie a las seis de la mañana, cuando fue atacada.

Más de ocho meses tardaron los Mossos d'Esquadra en esclarecer el brutal asesinato, el primero que les tocó investigar tras desplegarse como policía integral en cuatro comarcas de Lleida. Los investigadores centraron las primeras pesquisas en el entorno familiar y social de Marina, que tenía previsto casarse al mes siguiente con Cervilla, el principal sospechoso. El asesino, que incluso lideró protestas vecinales e intervino en programas de radio y televisión para reclamar justicia, se esmeró en no dejar huellas en el lugar del crimen, pero la marca de un mordisco encontrada en el pecho de la víctima le acabó delatando.

Una prueba determinante

Una prueba pericial consistente en obtener un molde dental del sospechoso cuando aún no estaba detenido demostró que aquél era coincidente con las marcas que dejó la dentadura del agresor en el cuerpo de la víctima. En la vista de apelación celebrada la semana pasada, la defensa pidió la nulidad de esta prueba por considerar que en su obtención se vulneraron los derechos constitucionales de defensa, pero la Audiencia ha desestimado esta petición. Por su parte, el fiscal solicitó que se mantenga en prisión al único acusado del crimen ante el riesgo de que, si sale en libertad, pueda someterse a una intervención odontológica para modificar su dentadura, de modo que no coincidiría con los moldes de pasta obtenidos.

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