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Pedagogía del "no toca"

Una conferencia de prensa con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, puede convertirse a veces en un diálogo de sordos. Con demasiada frecuencia, Pujol recurre al "avui no toca" para rehuir las preguntas que se le formulan. Y ayer el presidente se empleó a fondo, quizá con el firme propósito de que los periodistas del futuro se vayan acostumbrando a tan peculiares respuestas y maneras.Una treintena de alumnos, la mayoría de ellos de procedencia latinoamericana, del master de Periodismo de la Universidad de Barcelona se ejercitaron ayer con el presidente catalán. Tal fue el asedio informativo al que sometieron a Pujol que el propio presidente tuvo que reconocer que se encontraba ante un auténtico "pim, pam, pum".

Los alumnos demostraron estar al corriente de la actualidad política española y catalana. Se prepararon las preguntas y empezaron a bombardear.

-¿Qué opina del tándem Montilla-Maragall?

-No toca.

-¿Mas se ha postulado esta semana para...?

-No toca.

-¿Su sucesor debe ser...?

-No toca.

-¿Qué opina de la dimisión de Núñez?

-No toca.

-¿El desfile militar de las...?

-No toca.

Ayer a Pujol sólo le intereseban dos debates: la inmigración y los efectos de la globalización. Y tanto insistió con el "avui no toca" que al final se salió con la suya y algún que otro alumno le preguntó por sus temas preferidos. El líder nacionalista desplegó entonces todo su verbo. Pero no convenció.

"Ya sé que a veces soy un poco antipático con los periodistas, pero de alguna manera tengo que esquivar las preguntas", afirmó. Y el "no toca" es la traducción catalana del famoso no comment inglés.

"Cuando en Estados Unidos un político afirma 'no comment' se le respeta. Aquí en su momento no se me aceptó porque salíamos de una dictadura en la cual todo era no comment. Y cuando se producen excesos, las reacciones también pueden resultar excesivas. Bueno, pero finalmente se aceptó y ahora se ha canalizado bastante bien", manifestó Pujol en tono aleccionador. Y advirtió de que nunca jamás un periodista llame a su casa a las tres de la madrugada. "A mí jamás me llame a esa hora", dijo el presidente que le espetó una vez a un periodista que osó telefonearle al domicilio particular a tan intempestivas horas.

El "no toca" es el ardid habitual para escabullirse, pero Pujol aportó ayer más variables: "esto no está en mi agenda" y "esto a mí no me lo pregunte".

Los futuros profesionales de la comunicación no fueron los únicos que toparon con el inquebrantable muro de respuestas. El propio Josep Cuní, director del curso, fue blanco de las argucias del presidente. El periodista rogó a Pujol que relatara los fets del Palau, de los que esta semana se cumplen 40 años. El presidente así lo hizo, y además a modo de confesión, con todo lujo de detalles.

"¿Qué significaron estos hechos para usted? ¿Cómo marcaron su posterior activismo político?", le preguntó a continuación Cuní. Y Pujol contestó: "Mire. Esto no se lo puedo responder. Me resulta difícil pronunciarme sobre la trascendencia de este hecho".

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