Sensibilizar

La foto que publicaba EL PAÍS del pasado viernes 12 de mayo para ilustrar la noticia del boicot de unos padres a la escolarización de unos niños gitanos me ha recordado una antigua máxima pedagógica: hay que educar desde pequeñitos. Seguro que esos niños que portan pancartas en las que se lee "no queremos niños conflictivos" ya habrán tomado buena nota de que todos somos iguales, pero unos más que otros; sabrán que los gitanos también son hijos de Dios, pero de otro colegio; entenderán que un niño gitano puede ser muy buena persona, siempre que se mantenga a la distancia debida. Así cuando sean mayores no lo olvidarán y siempre lo tendrán en cuenta. Sus padres, por supuesto, no son racistas: solamente quieren una "educación sin problemas".Ante estos acontecimientos escribo, pero no tengo soluciones. Sólo quiero recordar que la actitud de esos padres que "tienen miedo" nos recuerdan que el racismo no es sólo un problema de cultura, sino de sensibilización. Después de unos años colaborando en el Programa Serade de sensibilización contra el racismo y a favor de los derechos humanos, he llegado a la conclusión de que no basta la información: las actitudes se cambian sensibilizándonos todos acerca del respeto al que es diferente. Por eso son más necesarios que nunca los hechos, no las palabras. Hechos como los de los 29 padres que votaron a favor de admitir a los niños gitanos; como los de los profesores que están dispuestos a dar clase aunque sólo vayan esos niños.- .

Les recuerdo a los padres, alumnos y responsable del Colegio Salesiano de Barakaldo, que el espíritu de Don Bosco fue el de trabajar con los niños y jóvenes más desprotegidos y marginados de Turín, donde fundó "los Salesianos". O cambian el nombre del colegio o siguen el espíritu de su fundador.- Francisco Pedro Romero Gómez. Puertollano, Ciudad Real.