La noche más patética del Calderón
Los hinchas del Atlético se enfrentaron a su equipo, al que culparon del descenso en una noche vandálica
La afición del Atlético, una de las más cálidas de España, maquinó un infierno y en él arrojó a sus propios jugadores, el sábado pasado, en el partido contra el Sevilla. El Atlético se despedía de Primera División en el estadio Vicente Calderón y sus seguidores no estuvieron dispuestos a perdonar a nadie lo que consideraron una afrenta. Responsabilizaron a los propietarios, la familia Gil, al entrenador al que siempre aclamaron como a su héroe, Radomir Antic, al secretario técnico, Miguel Ángel Ruiz, al que fuera administrador judicial Luis Manuel Rubí... y a los jugadores. Sobre todo a los jugadores. De esa tunda de insultos sólo se libraron el canterano Luque, Aguilera, Kiko, Baraja, Toni Muñoz y Molina. Para el resto hubo una humillación multitudinaria y el más perjudicado fue Valerón, insultado por miles de voces al unísono, en cánticos y pitidos. Para proteger al jugador, Antic lo mandó a la ducha en el descanso.Valerón anunció ya que no piensa renegociar su contrato con el Atlético para jugar en Segunda. Que si se queda, exigirá la misma cantidad que cobra por jugar en Primera. El gesto anuncia que su marcha es inminente y después del insulto masivo de que fue objeto ayer no le quedarán demasiadas alternativas. Probablemente fichará por el Valencia, donde lo sitúan en su entorno familiar debido al aprecio profesional que por él siente el técnico valencianista, Héctor Cúper, que ya le dirigió en el Mallorca durante la temporada pasada, cuando Valerón se reveló como un media punta notable.
Otros jugadores, como Jimmy Hasselbaink, Gamarra o Solari,han decidido dejar el Atlético hace tiempo. Y después de la acusación que les hizo el Frente Atlético ayer, llamándoles "cobardes", ya no les quedan demasiadas ataduras con el Manzanares. Como dijo uno de los acusados en pancartas: "Nos lo ponen mucho más fácil; ahora ya sabemos que aquí no aprecian nuestro trabajo, así que tenemos más libertad para irnos".
La indignación de los jugadores del Atlético se extendió por todo el vestuario, después del partido. La manifestación de pancartas del Frente Atlético terminó por hastiarlos. Salvo Radomir Antic -tradicionalmente unido al grupo más enardecido de hinchas- todos repudiaron los disturbios ocasionados por los seguidores de esta peña. Unos 2.000 hinchas lanzaron huevos contra el área del Atlético en el minuto 43, facilitando el gol al Sevilla. También llovieron asientos sobre el césped y se rompieron numerosas vallas de acero en las gradas. Algunos seguidores sufrieron heridas al precipitarse al vacío desde un anillo a otro. Las fuerzas de seguridad cargaron a garrotazo limpio y 26 personas resultaron heridas, nueve de ellas policías nacionales.
El presidente del club, Jesús Gil, repudió los hechos a la salida del campo y criticó duramente al Frente Atlético, que en una nota emitida el viernes lo acusó de "servirse del club para sus intereses". Los gritos de "¡Fuera Gil!" se dejaron oír durante todo el partido y en todo el campo. Y Gil responsabilizó al Frente: "Hay que echarlos, porque si ellos son atléticos yo sobro en este club. La imagen ha sido muy mala. Perdiendo las formas no vamos a ningún lado, pero esta es una minoría que no se representa ni a sí misma. Prefiero tener el Calderón vacío a llenarlo con éstos. Esto hay que pararlo. Hay que echarlos".
El único que no pareció molesto con los insultos del Frente Atlético fue Antic. Quizá porque estos seguidores no lo insultaron a él. Antic fue uno de los pocos que no recibieron improperios por parte del Frente, aunque no quedó impune. La otra mitad del estadio le reprochó con un "¡Fuera Antic!" los once partidos que lleva al frente del equipo esta temporada sin conseguir ni una sola victoria y metiendo al equipo en Segunda.
"Cada uno es libre de comportarse de acuerdo con sus sentimientos", argumentó el técnico serbio, justificando los insultos de los seguidores. "El equipo intentó jugar al fútbol a lo largo de todo el partido [sic]. El público está indignado pero estoy seguro de que este mismo público nos va a aplaudir. Vamos a encontrar fuerzas para tener el equipo que esta afición se merece".
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