Salinas dirá adiós en San Mamés

Julio Salinas fue menos protagonista de lo que pretendía. Quería despedirse de Mendizorroza con un nuevo gol, pero se quedó con las ganas. Aunque titular, apenas se dejó ver. Es más, tuvo que marcharse cuando su equipo perdía por 0-1. Sin embargo, a nadie se le escapó ayer que el máximo goleador del fútbol español en activo (con 151 tantos) decía ayer adiós a la que ha sido su casa en los dos últimos años. Salinas salió por la puerta grande.Salinas no ha pasado inadvertido por Mendizorroza. Es el indiscutible líder en autógrafos, entrevistas y aplausos. Ayer se despidió de su público, pero lo que realmente está esperando es a este próximo viernes, en San Mamés, el campo que le vio nacer como futbolista. Allí se escenificará su retirada, si es que algún club extranjero no lo remedia. "Ojalá pueda despedirme con un gol", avisaba ayer, ansioso.

El panorama se antoja idílico para Salinas. Escribir la última página de su carrera en su Bilbao, en el campo donde empezó a dibujar las primeros trazos de un currículo impecable y larguísimo. Además, como máximo goleador del Alavés en la presente temporada y con el equipo optando a entrar en la Liga de Campeones.

Ahí se añade otro factor. ¿Funcionará la tradicional hermandad vasca en la última jornada de Liga? El Alavés no depende de sí mismo, pero cualquier posibilidad pasa por que, primero, el grupo de Mané gane en San Mamés. Las suspicacias serán inevitables, aunque normalmente resulten difíciles de demostrar. Antecedentes hay de varios tipos. En el caso del Alavés, el año pasado se jugaba la permanencia en la penúltima jornada y acudió a San Mamés. Volvió de allí con un 5-0 indiscutible. El Athletic se jugaba unas remotas opciones de entrar en la UEFA. En la última jornada, la Real Sociedad visitó Mendizorroza y el resultado acabó en 2-1, con la salvación asegurada para el Alavés y De Pedro pidiendo perdón al público por marcar un golazo.