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FÚTBOL 37ª jornada de Liga

El Norte se une con el deportivismo

Xosé Hermida

La movilización de hinchas deportivistas para acompañar a su equipo en la trascendental cita de ayer superó todas las previsiones, y finalmente fueron más de 5.000 los aficionados gallegos que se acercaron a Santander. La noche anterior al partido, tanto en la capital cántabra, donde ya no quedaban plazas de hotel, como en las localidades de alrededor, una marea blanquiazul tomó plazas, bares y discotecas, y recorrió las calles entre cánticos y sones de gaita. El deportivismo no había vivido una jornada igual desde que su equipo ganó la Copa del Rey en Madrid, en 1995.Como suele ocurrir en estos casos, la gente estaba ansiosa por llegar pronto al estadio, y dos horas antes de iniciarse el partido, cuando las puertas de El Sardinero aún no se habían abierto, buena parte de la parroquia gallega ya pululaba por sus alrededores. Tanto madrugaron los aficionados coruñeses que cuando el Racing salió a calentar, media hora antes de empezar el choque, se encontró con el inusual espectáculo de ser recibido con un prolongado abucheo en su propia casa.

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Los gallegos que tomaron Santander no sólo venían de A Coruña y de pequeños pueblos de la comunidad autónoma. Los deportivistas que viven en Madrid aprovecharon el puente de San Isidro para organizar excursiones a la capital cántabra. Pero, además, el deportivismo se encontró con otros aliados más sorprendentes. Todo el Norte parecía ayer unido para empujar a los gallegos en pos del título. Desde Bilbao llegaron hinchas del Athletic que combinaban las camisetas de su equipo con bufandas blanquiazules. Hasta un autobús de Castro Urdiales con aficionados del Racing incluía, en medio de la parafernalia con los colores locales, una bandera del Depor.

En el estadio, en el que sólo quedaron algunas decenas de butacas vacías, la gente de Cantabria, sin dejar de animar a su equipo, recibió al líder con simpatía y cierta complicidad.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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