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Zaplana necesita someter a la organización nacional del PP el posible relevo de Cervera

Eduardo Zaplana ha logrado provocar una crisis en su propio gabinete al proponer a Carmen Mas como delegada del Gobierno, pero la solución del envite escapa a su control. El presidente de la Generalitat no está satisfecho con el rendimiento de varios consejeros y quisiera prescindir del responsable de Sanidad, José Emilio Cervera. Pero los asideros del consejero de Sanidad son poderosos. Zaplana necesita recabar el apoyo de la organización del PP para sustituir a Cervera y colocar como responsable de Sanidad a alguien "de la cuerda de Madrid".

José Emilio Cervera, actual consejero de Sanidad, se encontraba en Canadá cuando Eduardo Zaplana le invitó a incorporarse a su primer equipo de gobierno a mediados de 1995. Su nombramiento como responsable de la modernización de la Administración Pública de la Generalitat sorprendió a propios y extraños.Cervera había llegado a ser eurodiputado como representante del Centro Democrático y Social, heredero directo de la extinta Unión de Centro Democrático, pero trabajaba para la auditora Andersen Consulting cuando recibió la invitación de Zaplana para incorporarse a la Generalitat.

Inicialmente fue nombrado director general a la órdenes de José Joaquín Ripoll. Mediada la legislatura, ascendió a subsecretario, formalmente a las órdenes de José Luis Olivas. Pero Cervera, considerado una de las "cabezas mejor amuebladas" de la Administración autonómica, siempre actuó por libre.

Nunca ha despertado mayores simpatías entre sus compañeros de partido debido a su aire distante, pero Zaplana le elevó a la Consejería de Sanidad cuando alcanzó la mayoría absoluta como reconocimiento a su tarea.

La vinculación de Dolores Santos, su actual esposa, a la empresa IBM, una de las primeras suministradoras de la Generalitat para impulsar la modernización de la Administración, constituye un error de primer orden.

Zaplana dejó patente ante el pleno de las Cortes su repentina distancia hacia Cervera y llegó a sugerir que desconocía que Dolores Santos, que había trabajado como asesora de la Presidencia de la Generalitat, hubiera renunciado al sueldo oficial para incorporarse a una filial de IBM. Sin embargo, no ha demostrado autoridad para exigirle la renuncia.

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Un grupo de dirigentes del PP valenciano destacados en Madrid, ha recabado información sobre Cervera con la intención de sugerir su traslado al segundo escalón de la Administración central. Por alguna razón, el consejero de Sanidad no puede quedarse en la calle de la noche a la mañana.

Como responsable de la modernización de la Administración Pública, Cervera demostró una gran habilidad para sortear los mecanismos habituales del concurso público que garantizan la transparencia, publicidad y libre concurrencia de los posibles proveedores, pero resultan poco ágiles.

Empeñado en dejar huella en su comunidad de origen, según sus propias palabras, Cervera instrumentalizó una fundación auspiciada por la Unión Europea (OVSI) y una empresa semipública (Tissat) para desarrollar los diversos programas de modernización impulsados por la Generalitat.

La mayoría de los programas estaban previstos por la anterior Administración socialista, pero las dotaciones presupuestarias correspondientes nunca fueron generosas. Han crecido algo, pero en ningún caso se comparan con el aumento exponencial del volumen de negocio de Tissat, empresa participada por la Generalitat, Telefónica, IBM, Iberdrola y el Grupo Drac. La facturación de Tissat pasó de 388 millones en 1997 a 2.351 en 1998, un volumen de negocio muy llamativo para una empresa formalmente dedicada a prestar servicios informáticos y que cuenta con 120 empleados.

La máquina ya está en marcha y probablemente puede seguir funcionando sin el consejo de Cervera, condenado a asumir un grave error de su esposa.Dolores Santos constituyó en mayo de 1998 una sociedad limitada destinada a ofrecer servicios informáticos en compañía de Rosa María Escuín, quien, sorprendentemente, resulta ser la hermana del máximo responsable ejecutivo de Tissat.

Zaplana alegó ante las Cortes que desconocía el caso y Cervera ha afirmado que la sociedad limitada en cuestión nunca fue operativa, pero la vertiente política del asunto es grave.

Allanado el camino por sus embajadores en Madrid, Zaplana espera resolver el futuro de Cervera el próximo martes tras la reunión de la junta directiva nacional del PP en la sede de la calle de Génova.

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