"Las películas españolas tienen que competir con americanas peores"
El director de cine Alfonso Ungría, autor de películas como La conquista de Albania o África, y de series de televisión como Cervantes o Hasta luego, cocodrilo, imparte estos días en Granada clases de interpretación ante la cámara en el Centro de Estudios Escénicos de Andalucía. Al mismo tiempo prepara su próxima película, Deseo de ser piel roja, un filme basado en el cuento de Franz Kafka que transcurre entre Marruecos y Andalucía Oriental. Pese al auge que está teniendo el cine español a raíz del Óscar de Hollywood para Pedro Almodóvar, Ungría sigue siendo pesimista: ni hay suficiente apoyo de las instituciones ni España está libre del colonialismo norteamericano.Pregunta. Usted está impartiendo clases a un grupo de especialización teatral. ¿Cómo está su nivel?
Respuesta. El nivel es bueno, aunque hay también niveles diferentes. Unos estudiantes están empezando y otros tienen más experiencia. Pero lo que sí se nota entre los jóvenes actores que están apareciendo son sus ganas y su entusiasmo. Hay gasolina en el motor.
P. Los estudiantes de arte dramático no tienen muchas oportunidades de recibir clases sobre cómo actuar delante de una cámara de cine...
R. Eso sucede a menudo. En Granada, por ejemplo, al estar centrada la mayoría de los talleres teatrales en ciudades como Sevilla, en efecto, no hay muchas oportunidades. Pero cuando estas clases se imparten en Granada, uno nota a la gente muy interesada, con muchos deseos de trabajar. Por eso para mí es muy agradable dar clases en Granada.
P. ¿Es difícil enseñar a ponerse delante de una cámara?
R. Los actores, en su mayoría, tienen una procedencia teatral. La base entre cine y teatro es la misma, con la diferencia de que en cine no se puede sobreactuar. El truco del cine está en los primeros planos. Un gesto sobredimensionado en cine, una expresión histriónica, se nota muchísimo. Aprender es sólo cuestión de práctica.
P. Antes las obras de teatro se llevaban al cine. Ahora son las películas las que empiezan a tener versiones teatrales. Ahí está La naranja mecánica, por ejemplo. ¿A qué cree que se debe?
R. Hay un poco de todo. Las películas tienen tal grado de promoción y de publicidad, que llevarlas luego al teatro asegura en principio un mínimo de público. El teatro necesita de subvenciones, de nombres famosos, de grandes títulos. Hacer versiones teatrales de películas atrae a los espectadores.
P. Se habla mucho de cine español, pero ¿cuál es su situación real?
R. El cine español tiene ahora mucha publicidad y por eso parece que va mejor. Pero no creo que esté mejor que antes. Sigue sometido al colonialismo norteamericano y tiene que competir, en desigualdad de condiciones, a veces con películas mucho peores.
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