_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Pasarse de listo

ETA se ha pasado, lo malo que momentáneamente sólo, a las bombas de papel. Podía, sin embargo, cogerle gusto y dedicarse aunque fuera al libelo. O a empapelar paredes, a colgar monigotes en plan jatorra en la espalda de sus hinchas, a la papiroflexia e incluso al verso, esa actividad que requiere cacumen y sensiblidad, amén de bolígrafo. Tampoco importaría mucho que hiciera todo eso por Internet, que mola tanto, la cosa es que abandone el plomo. Pero lamentablemente se trata de un capricho pasajero. Todo indica que ha dado este paso antes de dar otro, otro mucho más sangriento. Lo dicen los chinos, que saben de todo mucho y antes: un camino largo se empieza por el primer paso. Y tenemos camino para rato.Huelga decir que con los papeles de mayo ETA le ha tirado del ronzal al PNV, y a su circunstancia EA, como lo hizo, según declara expresamente, al proclamar la tregua trampa y en cada comunicado emitido mientras duró o se levantó la misma. Gracias a la agencia ETA-press también nos enteramos en su día de que el PNV habría tenido conocimiento de la ruptura del alto el fuego algún mes antes de que se hiciera efectiva. Y eso explica bastantes cosas. Por previsto que tuviera el congreso del decidir para ser, el PNV lo utilizó fundamentalmente para mantener prietas las filas en torno a una ponencia que contenía la suficiente dosis de ambigüedad como para contentar a quienes situaban el apeadero en el Estatuto y a quienes continuaban hasta la soberanía, sobre todo porque ésta no aparecía netamente dibujada ni en su modo ni en el cómo conseguirla. Con el partido soldado y con un proyecto de soberanía distinto y autónomo del de EH/HB, el PNV podía seguir en el tren de Lizarra pero invirtiendo el vapor. Ahora, el flujo de militancia se produciría de EH hacia el PNV poniendo término a la posible disolución de éste en aquél que parecía augurar la marcha del siniestro expreso de medianoche, con lo que se erigiría en el líder del bloque nacionalista y podría pedirle a ETA la disolución en un calco del proceso irlandés y de cara a un futuro timoneado por un PNV preponderante.

Crecido por su astucia estratégica y dando consecuencia a las cautelas estampadas en el anverso del trato con ETA, el PNV se dispuso a jugársela a los matones oponiéndose, primero, a unas descabelladas elecciones que tendrían como distrito único los famosos siete herrialdes, coqueteando, luego, con el PSE -forma de saltarse un poco más la interdicción etarra de colaborar con el españolismo- y, por último, canalizando en beneficio propio la abstención de EH a las generales del 12 M. El quebranto de las urnas, la decisión de EH de abandonarle a su minoría de gobierno (primer castigo a la rebeldía peneuvista), los atentados mortales (con el explícito mensaje de que se producían por su tibieza como albañil del independentismo) y las propias críticas internas le habrían obligado a deslizarrizarse en la práctica congelando Batera y Udalbiltza y denunciando el papel rector de ETA en el MLNV.

Y es ahí donde los terroristas intervienen para acogotarle un poco más con unos papeles, como en las peores noveluchas policiacas, porque ETA necesita al PNV de vaselina -nunca le ha tenido en más- para su larga marcha hacia la independencia. El problema para ETA es que sus presiones no consiguen nada, con lo que su estrategia supuestamente maquiavélica de tirar de los hilos para que a su vez tiren de otros o maniaten a sí o a terceros está condenada al fracaso. Seguramente habrá decidido atentar contra el PNV -los papeles de mayo no serían sino el último aviso- pero dada la crítica situación interna y externa del partido jeltzale, a la que con tanto ahínco han contribuido, parece muy poco probable que produzca el efecto que buscan sino el contrario, que el PNV meta más niebla en su soberanismo y lo postergue en beneficio de una centralidad recuperada. Con eso, a ETA sólo le resta volver al terror a manta, donde aún puede mucho pero no tanto como para modificar nada. Y para ese viaje podrían ahorrarse... el viaje.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_