Los roces de Roberto y Khan
Una lluvia de objetos cayó desde el fondo sur sobre la cabeza del portero alemán Oliver Kahan. El árbitro sancionó con amarilla una entrada de Roberto Carlos y el gigante rubio se ajustó los guantes y se fue sobre el brasileño, que estaba a unos 30 metros de su portería. Se le acercó, le miró fijo, y emitió un sonido gutural en su lengua vernácula. "No sé qué quiso hacer ni si me insultó. Yo no entiendo alemán, así que no entendí nada de lo que me dijo", se quejó Roberto Carlos, tras el partido. El lateral admitió que, ante la sorpresa que le infundió el teutón, y a modo de reprimenda, optó por contragolpear. "Le cogí la nariz y le dije que se tranquilizara", explicó. Y Khan montó en cólera, arrastrando a sus espaldas a toda una horda de bávaros. Por fortuna para Roberto Carlos, Raúl se interpuso entre él y el portero, e hizo gestos a Kahn para que regresara a su área, donde lo esperaba el lanzamiento de objetos -pan de bocadillos, botellas de plástico...- por parte de los Ultras Sur. Raúl, por su parte, se llevó una ovación, algo que no suele oír en el Bernabéu con demasiada frecuencia, a pesar de ser el emblema del equipo.
Lorenzo Sanz, el presidente madridista, consideró que el episodio no ejemplificó otra cosa que la impotencia del Bayern: "Querían armar jaleo porque se veían fuera de la final, eso es todo".