De infantiles a asesinos
Si hay disturbios en el País Vasco, es terrorismo callejero. Si tienen lugar en el resto de España, es un juego de rol. Si un hijo pega a su padre, es violencia doméstica, pero se convierte en un "macabro juego de rol" si en su habitación había uno de sus manuales. Cuando se sabe que se queman coches por una apuesta, se trata de pandillas de jóvenes vándalos. Si no se sabe la razón de que éstos ardan, es posible que el rol esté por medio. Mi abuela, antes, se alegraba de que nos quedásemos sentados alrededor de una mesa toda una tarde. Ahora llora cuando me ve, mientras me dice, como si yo no estuviese presente: "¡Qué bueno eres, que no tienes ningún vicio, menos el demonio del rol!". Si por la facultad pasa un joven vestido de negro y con una capa, es un tuno, y qué tiempos aquéllos. Muy distinto del caso en que saque dados y los tire, ya que entonces se convierte en un peligroso jugador de rol en vivo, y mejor estar lejos. Si una película retrata crudamente la violencia, se le achacarán los posibles sucesos violentos que tras su visionado sucedan y que intenten imitarla, a no ser que trate sobre el rol, algo que exculpa al largometraje y acusa a los desalmados jugadores. Antes éramos infantiles. Ahora somos asesinos hasta que no se demuestre lo contrario.Si en esta carta me quejase de que a alguien se le trata injustamente, sería solidario. Pero, como están viendo, sólo soy un jugador de rol.
Hay un problema que va más allá del rol. Y tiene que ver con la sociedad entera, no sólo con la "información engañosa de los medios de comunicación".
Bueno. Creo que ya les he robado demasiado tiempo. Pueden seguir hablando de lo peligroso que es el "juego del rol". Yo, por mi parte, he quedado para jugar una partida.-
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