La Comunidad investiga si un "descontrolado" vertido de gasolina disparó los niveles de ozono
Una emisión "gigantesca y descontrolada" de combustible en algún punto de la región pudo provocar que se disparasen los niveles de ozono troposférico en la madrugada del pasado sábado. Los aparatos de medición de la Comunidad no distinguen entre este gas nocivo y los hidrocarburos liberados por un vertido de gasolina, por lo que pudieron equivocar el diagnóstico. Ésta es, según el director general de Calidad Ambiental, Ignacio López-Galiacho, una de las hipótesis barajadas como más probables para explicar un fenómeno "insólito" que la consejería ha dejado en manos de científicos y Guardia Civil.
El consejero de Medio Ambiente, Carlos Mayor Oreja, explicó ayer que un "comité de científicos", en coordinación con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) investiga desde el sábado las causas de un episodio que calificó de "insólito": las estaciones de medición de Getafe, Leganés, Coslada, Alcorcón, Fuenlabrada y el de la Casa de Campo, en Madrid, superaron ampliamente, en la madrugada del pasado sábado, el nivel de alerta a la población (360 microgramos de ozono por metro cúbico de aire), por encima del cual el riesgo para la salud es grave. Fuenlabrada registró un máximo histórico: 1.133 microgramos.Lo inesperado de este hecho, sin precedentes en España, aumenta si se tiene en cuenta que el ozono troposférico se forma por la combinación de contaminantes primarios (óxidos de nitrógeno, fundamentalmente, emitidos por coches e industrias químicas) y radiaciones solares. Por eso la presencia del gas contaminante es siempre mayor en verano (cuando la incidencia del sol es máxima) y, en cualquier caso, durante el día. La alerta declarada el sábado (sólo comunicada por el Gobierno regional 24 horas más tarde) se produjo, sin embargo, durante las horas de madrugada (con las radiaciones solares al mínimo) y después de una semana de viento y lluvias.
"No descartamos ninguna hipótesis", afirmó Ignacio López-Galiacho. "El fenómeno podría tener incluso un origen natural, pero eso supondría un antes y un después en la investigación sobre el ozono troposférico a nivel mundial", añadió. El director general de Calidad Ambiental explicó que los primeros estudios apuntan, por el contrario, a un origen humano del problema: "Los analizadores de la Comunidad no distinguen entre los hidrocarburos que podría generar un vertido de combustible y la concentración de partículas de ozono en el aire. Si desde alguna industria de la región o alrededores se ha llevado a cabo una carga o descarga descontrolada de combustible o una limpieza anormal de los tanques, podría haberse liberado a la atmósfera una gran cantidad de hidrocarburos que, detectados en las estaciones de medición, quedarían registrados como ozono", declaró.
Críticas de los ecologistas
López-Galiacho aseguró que mañana comunicarán al Ministerio de Medio Ambiente y a las autoridades europeas el inicio de la investigación, tal y como marca una ley de 1995, que fija el umbral de aviso a la población en 180 microgramos de ozono por metro cúbico, y el de alerta, en 360 microgramos. De hecho, el cumplimiento tardío de esa ley (basada en las normativas europeas) fue objeto de fuertes críticas por parte de Ecologistas en Acción.
"La obligación de la consejería es informar inmediatamente cuando se produce la alerta. Sin embargo, los primeros datos sólo se dieron a conocer el domingo", protestó un portavoz. "Afortunadamente, era de noche y la gente estaba en sus casas, pero eso no exime a las autoridades de informar a la población de los riesgos que corre en una situación así", añadió. El ozono troposférico afecta a las vías respiratorias y, en concentraciones superiores a los 360 microgramos, puede provocar dolencias pulmonares graves. Por encima de los 180 microgramos por metro cúbico se recomienda a niños, ancianos y asmáticos no realizar ejercicio físico intenso; pero, una vez superado el umbral de alerta, toda la población está amenazada, por lo que puede decretarse la paralización de industrias y drásticas restricciones de tráfico. Las autoridades regionales aseguran que el sábado no se registraron urgencias hospitalarias relacionadas con el aumento del gas contaminante.
El consejero de Medio Ambiente se limitó a explicar ayer que no comunicó antes la alerta porque "la ley basa todas sus disposiciones en el hecho de que el ozono se produce durante el día", cosa que no sucedió.
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