Roberts bate a Checa y Crivillé Los 150.000 aficionados no pudieron celebrar un éxito español en una carrera muy accidentada
La carrera más accidentada de los últimos tiempos no tuvo el desenlace que 150.000 espectadores esperaban. Después de un retraso, de dos interrupciones, de dudas por culpa de la amenaza de lluvia y de dos horas de tensión, el ansiado triunfo de un piloto español en la carrera reina en Jerez se escapó por menos de un segundo, la diferencia que separó a Carlos Checa (Yamaha) del estadounidense Kenny Roberts (Suzuki). Y Àlex Crivillé (Honda) se quedó a un paso del podio. pues acabó cuarto. La prueba empezó con retraso por culpa de la interrupción de la carrera de 125. Después sufrió un primer parón cuando el italiano Max Biaggi (Yamaha) se cayó en la vuelta de calentamiento. Más tarde tuvo que volver a detenerse cuando se llevaban 16 de las 26 vueltas programadas porque cayó un chaparrón que obligó a realizar un cuarto de hora de ensayos sobre mojado antes de reanudarse para completar las diez vueltas restantes."Ha sido una prueba durísima para la concentración, la más extraña de cuantas he participado en mi vida", contó Checa, que suma ya tres segundas posiciones en los cuatro grandes premios del curso. Su candidatura al triunfo fue sólida hasta el último momento de la segunda manga, pero la renta acumulada por Roberts durante la primera parte -más de cinco segundos- resultó determinante.
El estadounidense conquistó su segundo triunfo del 2000 y aumentó a nueve puntos su ventaja sobre Checa en el Mundial. Ambos se destacan al frente de la general. La eliminación de Biaggi al principio y la mala salida de Crivillé, por un problema con el embrague, facilitaron la tarea de Roberts en la primera manga. Enseguida fue capaz de romper el récord del circuito, que poseía Kevin Schwantz desde 1994, y de escaparse del resto. Cuando Checa pudo pasar a los rivales que habían arrancado más rápido, el líder ya estaba lejos.
Crivillé, por su parte, tardó en remontar, y justo cuando lo estaba haciendo la lluvia apareció. Fue un momento confuso, porque Roberts pensó que ya era el ganador y festejó la victoria. Sin embargo, al volver a su garaje le hicieron ver que se imponía disputar una segunda manga pues aún no se habían cubierto dos tercios del recorrido, como estipula el reglamento para dar por terminada una carrera antes de tiempo. Así que se procedió a un entrenamiento sobre mojado, aunque la lluvia prácticamente ya había remitido, y al cabo de tres cuartos de hora se volvió a formar la parrilla de salida para una corta segunda manga de diez vueltas. Hubo aún más tensión, porque la elección de neumáticos resultaba difícil debido al estado del asfalto y al cielo amenazador. Checa necesitaba arriesgar y escogió goma lisa. Roberts jugó a asegurar y prefirió una rayada. En cuanto se encendió la luz verde se vió que había acertado el catalán y que aún había tela que cortar. Carlos se escapó y cobró ventaja, o lo que es lo mismo, redujo la renta de Roberts. Había que sumar los tiempos de las dos mangas para decidir el vencedor y Checa se acercó, pero el estadounidense se dosificó para ganar por 0.8 segundos en el computo total. "Tengo una sensación contradictoria", dijo el piloto catalán. "Por un lado pienso que hay tantas cosas que hubiera podido hacer a lo largo de las dos mangas para ganar ocho décimas que quizá los remordimientos no me dejen dormir esta noche. Pero, por otra parte, he hecho una buena carrera y es la primera vez que subo al podio en Jerez, y estoy muy satisfecho". Su nombre fue coreado por miles de voces, las mismas que abuchearon a Roberts.
Los miles de fieles que peregrinaron al santuario de Jerez también se acordaron permanentemente de Crivillé, que estrenó su número uno en casa pero no pudo celebrarlo. En la segunda manga protagonizó una actuación brillante, que le llevó a ganarla, pero en la clasificación sumada quedó relegado a la cuarta posición, por detrás del italiano Valentino Rossi (Honda), que subió por primera vez al cajón de 500.
La extraña jornada abortó la esperada recuperación del noi de Seva, pero el campeón, que ahora está séptimo en el Mundial a 46 puntos de Roberts, no tiene tiempo de mirar atrás: esta semana hay entrenamientos privados en Estoril y enseguida llega la siguiente cita en Le Mans, el 14 de mayo. "Me sabe mal no haber subido al podio, pero la moto mejora", dijo Àlex. El mismo programa tiene su compañero Sete Gibernau, uno de los desafortunados que se cayeron al pisar las líneas blancas resbaladizas por la lluvia, igual que McCoy (Yamaha), Okada (Honda) y McWilliams (Aprilia).
Waldmann se paseó
JerezSin protagonismo español ni interés añadido por culpa de la meteorología, la carrera de 250 pasó de puntillas por Jerez, aunque fue la única que no estuvo presidida por la lluvia, que apareció por vez primera en 14 años en el circuito y obligó a parar las pruebas de 125 y 500. Y, además, no tuvo más historia que el dominio del alemán Ralf Waldmann (Aprilia), vencedor con cinco segundos de ventaja. El caso de Waldmann se asemeja al de Alzamora. Hacía dos años y medio que no subía al podio como ganador, desde el Gran Premio de Australia de 1997 en el que precisamente perdió el título frente a Max Biaggi, circunstancia que le hizo entrar en una crisis de resultados. Ayer rompió con ese pasado y volvió a escucharse el himno alemán. Y lo hizo rotundamente, destruyendo la hegemonía japonesa que se había instalado en 250 desde el comienzo de la temporada y dando el primer éxito del año a Aprilia. El japonés Shinya Nakano (Yamaha), anterior líder del Mundial, confirmó su desdicha en Jerez: de las 22 carreras disputadas sólo había dejado de puntuar el año pasado en Jerez y ayer se cayó. Entre los españoles, sólo Álex Debón (Aprilia), 14º, puntuó.
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