El líder, en su terreno más hostil

En el territorio más hostil, en el campo del Celta, su gran adversario gallego, el Deportivo tratará hoy (Canal+, 19.30 horas) de subir el primero de los cuatro peldaños que le quedan para alcanzar el podio de la Liga. Como ya ocurriera en la primera vuelta, el clásico del fútbol gallego presenta en esta ocasión una trascendencia que va más allá de la tradicional rivalidad entre vigueses y coruñeses. En el Deportivo, desde el presidente al entrenador, todo el mundo está convencido de que una victoria le pondría el título en la mano. Pero el Celta también necesita ganar, no sólo para mantener sus aspiraciones europeas, sino, sobre todo, para rehabilitarse tras un calvario de muchos meses que se inició, precisamente, en el partido de la primera vuelta en Riazor.En diciembre, el clásico del fútbol gallego alcanzó su cumbre histórica: por primera vez, Deportivo y Celta se enfrentaron ocupando los dos puestos más altos de la Liga. Fue un partido muy bronco, que ganó el Deportivo por 1-0, con bastante fortuna, lo que le permitió distanciarse al frente del campeonato. Desde entones, la situación ha dado un vuelco para los dos equipos.

El Deportivo, pese a su pobre rendimiento fuera de casa, ha mantenido el primer puesto durante estos cinco meses por virtud de su eficacia en Riazor. Y ahora, con cinco puntos de ventaja sobre el Barça y seis sobre el Zaragoza, apenas le resta un sprint para alcanzar el título. Ganar en Balaídos sería un golpe casi decisivo. "Estoy convencido", proclamó ayer el entrenador blanquiazul, Javier Irureta, "de que si vencemos al Celta y a la semana siguiente al Zaragoza en Riazor, seremos campeones, incluso me atrevo a decir que de forma matemática".

El Celta, por su parte, llega aquejado de un grave problema de doble personalidad: brillante en las citas estelares y de perfil bajo en los partidos del montón. La duda para el encuentro de hoy consiste en saber la importancia que el equipo le concede al derby y si la puntería le acompaña. No juega Mostovoi, sancionado y con la pierna izquierda castigada, de modo que cambiará el sentido de juego del equipo, más aguerrido y menos deslumbrante, aunque probablemente igual de poco efectivo. Tampoco estará Djorovic, pero el asunto de los centrales lo tiene resuelto el entrenador, Víctor Fernández, con Cáceres y Sergio. Ocurre que el técnico ha anunciado sorpresas en la alineación, lo que podría significar que por primera vez sus dos delanteros, Benni McCarthy y Turdó, salgan en el once inicial.

El debate en Vigo es un tanto ficticio. Se ha hablado mucho esta semana de las probabilidades del enemigo del norte de hacerse con el título de Liga. El presidente del Celta, Horacio Gómez, ha declarado que prefiere ver al Deportivo campeón, pero refleja mejor el ánimo de la hinchada el israelí Revivo: "El presidente debe de ser el único que piensa eso por aquí". El ruso Karpin puntualizó que no se siente gallego, sino "vigués". La rivalidad suele estar exenta de buenos deseos. El duodécimo puesto que ocupa el Celta en la tabla no significa que las posibilidades de repetir en la UEFA la próxima temporada sean nulas.

Tras el duelo de la primera vuelta en Riazor, todo el mundo vaticinaba, con una mezcla de morbo y fatalismo, que en el partido de Balaídos iba a arder Troya. El choque de A Coruña había dejado un rosario de agravios: tanganas en el césped, que incluso se trasladaron a la grada con la participación de algún periodista vigués, y el autobús del Celta abandonó el estadio entre una lluvia de piedras. Pero, en los últimos días, los buenos oficios de las directivas de ambos clubes han conseguido desactivar la tensión. Es más, por primera vez en mucho tiempo, un significativo grupo de aficionados deportivistas - entre 2.000 y 3.000- acompañará a su equipo en Balaídos.

Alineaciones

Celta: Pinto; Celades, Cáceres, Sergio, Juanfran; Karpin, Makelele, Giovanella, Gustavo López; Benni McCarthy y Turdó.

Deportivo: Songo'o; Manuel Pablo, Donato, Schürrer, Romero; Jokanovic, Mauro Silva; Víctor, Djalminha, Fran; y Makaay.