Diagnóstico erróneo

"Lo que sí tengo claro es que se va a producir una desactivación del proceso de desarrollo autonómico. Creo que ellos van a elaborar un discurso de las autonomías como instituciones despilfarradoras, que implícitamente contribuyen a la disgregación y van a contraponer ese discurso a otro de una España moderna que funciona mejor de una manera centralizada, trasladando a la opinión pública que las autonomías son órganos de descentralización administrativa y no de descentralización política". En estos términos se expresaba el presidente de la Junta de Andalucía en una entrevista concedida a Lourdes Lucio y publicada ayer en EL PAIS.Estoy en el más completo desacuerdo con este diagnóstico y creo que se cometería un error gravísimo si se orientara la política de gobierno a partir del mismo.

El PP ni está desactivando ni va a desactivar el desarrollo autonómico. Ésta fue la posición de AP, que no aceptó el Estado de las Autonomías en el proceso constituyente y que mantuvo a lo largo de los ochenta en su programa electoral la reforma de la Constitución con la finalidad de acabar o recortar la descentralización política. Pero esa no ha sido la posición del PP y mucho menos desde las elecciones autonómicas de 1991. El PP ha sabido adaptarse a la nueva estructura del Estado y utilizarla eficazmente para convertirse en el Gobierno de la nación. Lo que fue su punto débil en el momento de la transición y de la inicial puesta en marcha de la Constitución, se ha convertido en su punto fuerte en la década de los noventa. Y no hay nada que permita aventurar que no lo va a seguir siendo en el inmediato futuro.

Otra cosa es que el Partido Popular esté acentuado el "principio de unidad política" del Estado como "presupuesto" para el "ejercicio del derecho a la autonomía". Y en esto tiene razón: tras las tensiones centrífugas que se venían haciendo visibles desde 1993, la reafirmación de la unidad política del Estado es más que oportuna.

Aquí es donde está, posiblemente, el origen de la mayoría absoluta dl 12 M. En los ochenta ese enfásis en la "unidad política de España" por parte de la derecha española ponía los pelos de punta. En el día de hoy, el Estado de las Autonomías está tan consolidado que no hay riesgo alguno para su continuidad. En consecuencia, la defensa de la Constitución como presupuesto de los diecisiete estatutos de autonomía, no sólo no provoca recelos, sino que proporciona seguridad.

Lo mejor que puede hacer el PSOE, en Andalucía, y en todas partes, es dejar tranquila la estructura del Estado y centrarse en adaptar su organización interna a dicha estructura. La unidad del Estado es el presupuesto del derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones y no a la inversa. Una dirección de partido nacional y autonómica de verdad es el presupuesto para que existan direcciones regionales y locales eficaces y no a la inversa.JAVIER PÉREZ ROYO