La salvación o el título en un solo combate Van Gaal prescinde de Rivaldo y Kluivert en un partido que puede decidir el descenso del Atlético y las opciones al título del Barça
Miguel Ángel Gil, el director general del Atlético, se aferró a una idea como a una tabla en mar abierto. "Estoy convencido de que si le ganamos al Barcelona estamos salvados", sentenció el lunes pasado. El Atlético venía de perder contra el Valencia y se sumergía -sigue hundido allí- en el penúltimo puesto, a cinco puntos del Oviedo y la salvación. Lleva tres meses sin ganar en la Liga y descenderá a Segunda División a menos que hoy su suerte cambie de manera dramática. Porque hoy es el día decisivo. Hoy, el Atlético recibe al Barcelona en el Calderón (21.00 horas, Autonómicas y La2). Hoy se resuelve el destino de un club histórico en el fútbol español -el tercero por proyección nacional- ante un Barcelona que se juega sus opciones a ganar la Liga y que se presume saltará al campo con ánimos vengativos después del 3-0 que encajó en la Copa. Faltan cuatro jornadas para el final y el Atlético culmina otra temporada más en estado crítico. Pero esta vez el tiempo se le acaba. Quizá sólo le resten los 90 minutos de un partido de fútbol para resolver su destino. Y quizá la suerte por fin se ponga de su parte. Porque el Barcelona ofrece signos de desasosiego: Su técnico, Van Gaal, decidió prescindir ayer de Rivaldo y Kluivert para reservarlos para la Liga de Campeones.Probablemente los dos delanteros azulgrana no sean necesarios para golpear a un equipo en horas bajas. Porque el tiempo vuela en contra del Atlético y muchos de los jugadores de su plantilla se limitan a esperar acontecimientos. Muchos hacen una negación de la realidad, en un intento vano por evadir temores. "Nos hemos entrenado toda la semana con la desgana de un equipo de colegio", se lamentó un futbolista, muy angustiado. Y lo peor, según confesó, es que su técnico, Radomir Antic, esquiva cualquier culpabilidad: "Sólo sabe señalar a los jugadores". Es el sentir de muchos en el equipo. Que hace rato que Antic cruzó su Rubicón. "Vosotros sabréis lo que hacéis, es asunto vuestro", parece decirles a sus jugadores, mientras se sume en cavilaciones. A este periódico le aseguró el jueves que considera que ha hecho todo el trabajo que debía hacer como entrenador. Que, en definitiva, no puede hacer nada más por aliviar el peso que lastra al equipo -la "falta de técnica", apuntó, y permaneció en silencio, incómodo-. Para Antic no hay mucho más por hacer, salvo esperar al Barcelona.
Antic observa las prácticas más bien en silencio. O rumorea un "¡estáis muertos... estáis muertos...!" para estimular a un grupo decaído. O se suma a la inercia del resto de la plantilla. No se le advierte malhumorado ante la actitud distraída del equipo. No se le registra un reto, un discurso elevado de tono en el vestuario. Permanece casi impertérrito. Como en sus declaraciones de ayer ante la prensa. El técnico serbio se acomodó en su silla y confesó su serenidad: "Ahora estoy más tranquilo que en otros momentos, tengo la conciencia tranquila... este no es el partido más importante de mi carrera".
Puede que esta noche la suerte conceda un respiro al Atlético y vuelva a ganar después de tres meses exactos: lo hizo por última vez en Balaídos (0-1) el 29 de enero. Entonces la tranquilidad de Antic estará justificada. Aunque ayer, cuando se confesó relajado, el serbio ignoraba lo que seguramente es una gran noticia para los rojiblancos. Que ni Rivaldo ni Kluivert fueron incluidos en la lista de convocados para el partido. Kluivert padece una sobrecarga en los isquiotibiales y Rivaldo llegó ayer desde Brasil -donde jugó un partido internacional- en un vuelo retrasado que le impidió descansar. El entrenador del Barcelona, Louis Van Gaal, habría podido contar con ellos pero prefirió reservarles para el partido de Liga de Campeones del próximo martes, contra el Valencia. Quizá fue una declaración de intenciones: para el Barcelona, la Liga ya no tiene prioridad. Pero no se acaba allí la ventaja que el Atlético recibe de su rival. Cocu, con una contractura, tampoco estará en el Manzanares. Las plazas dejadas por estas bajas podrían ser ocupadas por Lítmanen (por Rivaldo), Gabri (por Cocu) y Dani (por Kluivert). Figo, que arrastra una lumbalgia, estará en el césped del Calderón. Quizá su presencia se explique en el hecho de que está sancionado y no podrá jugar contra el Valencia.
Van Gaal explicó los motivos de tan ilustres descartes, y fue lo único que comentó del duelo contra el Atlético: "Cocu y Kluivert están tocados y Rivaldo perdió un avión y no llegó a tiempo. Se ha dado una paliza y prefiero que se concentre en el partido del martes".
Según dijeron Aguilera y el propio Antic, el Atlético se dispone a aprovecharse de los espacios que deje el Barcelona en la espalda de su última línea. "Debemos aprovecharnos al máximo de los robos de balón y ver si al contragolpe podemos rematar el partido", explicó Aguilera. Actores principales en esta faceta serán los extremos -Solari y el propio Aguilera-, que mirarán hacia el centro del campo para dar el pase final. Mirarán a Jimmy Hasselbaink, que por velocidad y puntería vale oro en un equipo con la pólvora mojada.
En el Manzanares se espera un estadio a rebosar. Para incentivar a los 56.000 espectadores que lo llenarían, los directivos regalan dos entradas por abonado. El ambiente promete altas temperaturas y el motivo no sólo es evidente para Miguel Ángel Gil. El público y los jugadores saben que deben ganar para no descender. Aguilera lo dijo sin rodeos: "Si no ganamos, prácticamente podemos decir adiós".
Atlético: Molina; Gaspar, Santi, Gamarra, Capdevilla; Aguilera, Bejbl, Valerón, Solari; Kiko y Hasselbaink.
Barcelona: Hesp; Puyol, Frank de Boer, Reiziger, Sergi; Gabri, Guardiola, Litmanen; Figo, Dani y Zenden.
Van Gaal: "Se han ensañado con el Barça por envidia, rencor y por interés"
Tenso, congestionado, con los ojos enrojecidos. El rostro de un hombre lleno de rabia porque está convencido de ser víctima de una tremenda injusticia y de que el mundo, salvo él, y salvo su club, ha perdido por completo la razón. Louis Van Gaal, técnico de Barça, apareció ayer en el Camp Nou desfigurado tras el castigo del Comité de Competición por su incomparecencia en la Copa (eliminado de esta edición, excluido de la próxima y multado con dos millones de pesetas). "Estoy muy decepcionado. Y triste por los jugadores, por los técnicos, por la afición y por el club. He leído estos días muchas declaraciones de instituciones y de personajes del mundo del fútbol. Han aprovechado el momento para ensañarse con el Barça sólo por rencor, envidia o intereses propios", dijo en un monólogo que casi rompió con un sollozo. "No jugamos porque teníamos sólo 11 jugadores. Queríamos defender la esencia del deporte que es garantizar la igualdad de condiciones. Y la Federación no ha velado por ello".Convencido de que su filosofía es perfecta, de que nadie planifica mejor que él, de que trabaja más que nadie, Van Gaal pareció un hombre arrasado por la impotencia. Vino a confesar que cometió un error: estaba convencido de que se aplazaría el partido al día 16. "La Federación tendría que estar orgullosa de tener a tres equipos españoles en semifinales de la Liga de Campeones. Y eso obliga a preparar un partido con tres días. Suelo hacerlo en los aviones, cuando regresamos a Barcelona. Pero no puedo hacerlo en unas horas ni preparar que se jueguen cinco partidos en nueve días. No puedo ejercer mi trabajo con una Federación así ¿Si tengo ganas de abandonarlo todo? Tengo dudas para contestar". Y luego explicó que intentó sin éxito liberar a Figo del amistoso ante Italia y a los holandeses de la cita ante Escocia. "No tuve éxito. Sólo con Finlandia por Lítmanen y Déhu con Francia. Pero ¿por qué se habla sólo de Holanda? ¿Por qué es la de mi país?", dijo alzando la voz. "No soy el jefe de mi Federación. Y el seleccionador tiene todo el derecho a convocar a los futbolistas que quiera aunque no jueguen. Le dije a Lítmanen que se fuera porque sabía que no podíamos jugar por disponer de once hombres. Es un hecho. Quizás la UEFA unifique el calendario gracias a nuestra actitud. Queríamos jugar la Copa con el mejor equipo. No jugar cinco encuentros en nueve días. Luego vienen las acusaciones de dopaje. No hay igualdad ni fair-play".En línea opuesta a Van Gaal continúan pronunciándose otros entrenadores. Antic afirmó: "Con el tiempo, se han descubierto las intenciones del Barcelona. El que puedan presentar recurso contra la alineación de Hasselbaink [el holandés cumplió sanción en la Copa y hoy puede ser alineado, posibilidad que el club azulgrana se plantea recurrir por entender que al no jugar el lunes no cumplió el castigo] o que no busquen recambio a un lesionado, te dan pistas de por qué sucedió algo que no debió ocurrir". Vicente del Bosque, técnico del Madrid, manifestó: "El acto del Barça me pareció muy teatral; si hubieran puesto el mismo empeño en jugar, el partido se habría disputado". Y el presidente de la Federación, Ángel María Villar, opinó que la decisión de jugar el lunes 24 se tomó "en bien del interés general.
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