Sevilla lamenta que el PSPV sólo traslade al ciudadano debates orgánicos y no ideas políticas
La dimisión de Joaquín Almunia como secretario general del PSOE el pasado 12 de marzo ha generado una serie de movimientos en el seno del partido entre los que destaca un grupo de jóvenes que opta a asumir el relevo al frente de la organización federal. Jordi Sevilla, diputado en el Congreso por Castellón, forma parte del núcleo central de un grupo que abomina de los debates orgánicos y celebra que destacados dirigentes territoriales, "desde Pascual Maragall a Rodríguez Ibarra", hayan asumido que la fuerza del PSOE es clave para el futuro de sus federaciones.
Los medios han elevado a José Luis Rodríguez Zapatero, diputado por León, a la cabeza de un sector del PSOE, todavía difuso, que apuesta por una profunda renovación generacional al frente del partido. Sevilla, de 44 años, resulta ser el mayor de un grupo generado a partir de años de ejercicio en el seno de la organización que "se sintieron aludidos", cuando Almunia renunció al cargo. "Un gran líder salvador no es la solución cuando el problema es de liderazgo", dice Sevilla, "nosotros presentamos un equipo".La difusión por parte de destacados borrellistas del documento Iniciativa para el cambio como propuesta de reflexión previa al próximo congreso federal precipitó al grupo a actuar. Sevilla explica que el documento cae en un error recurrente en los últimos tiempos: "Hemos trasladado a los ciudadanos que los temas orgánicos son más importantes que los políticos". El proceso de elecciones primarias fue el punto culminante de un proceder ante el que sólo cabe formular propuestas estrictamente políticas.
El modelo de Estado, por ejemplo, es una cuestión en la que se enlazan ambos debates, el político y el orgánico. Sevilla celebra que representantes territoriales desde Extremadura a Cataluña pasando por Andalucía hayan asumido que la fortaleza del PSOE es esencial para garantizar su propia supervivencia en las respectivas federaciones socialistas. Apuesta por una "dirección federal fuerte" que pueda fijar postura, por ejemplo, sobre el trazado de tren de alta velocidad entre Madrid y la Comunidad Valenciana "cuando el Gobierno defina su posición".
Debate previo
Pero propone abordar la dimensión política del debate como paso previo a la traslación orgánica del mismo. Así, sugiere definir las competencias del Gobierno central antes de desarrollar el Estado de la autonomías. "Cuando se hayan completado las transferencias a todas las autonomías viviremos en un Estado cuasifederal se quiera o no", comenta, "y lo que tenemos que definir es la estructura gubernamental de ese Estado". Como ejemplo, Sevilla alude al modelo de los Estados Unidos, donde los diversos estados gozan de amplísimas competencias "pero todos se cuadran cuando viene el FBI o la intervención de Hacienda".
En el ámbito doméstico plantea casos irresueltos. "Cuando Bruselas nos pone una multa por exceder la cuota lechera, el cargo llega al Gobierno central", dice, "y no existe un mecanismo para que la multa repercuta sobre Galicia". En el mismo sentido, alerta sobre la necesidad de que el Estado garantice "unos mínimos" comunes en la prestación sanitaria que cada autonomía podría mejorar en función de sus recursos propios.
Experto en economía, recuerda que el modelo que propone Eduardo Zaplana para la financiación autonómica fue planteado por los socialistas en 1995. Y explica que "la cesta de impuestos para garantizar la suficiencia financiera de las autonomías es lo más razonable". Pero echa a faltar menciones a algún tipo de "fondo de nivelación" que permita redistribuir la riqueza entre todas las regiones, una prerrogativa que correspondería al Estado.
Sevilla atribuye parte de los problemas del PSPV a la "exhuberancia mediterránea". Pero sobre todo a una práctica perversa: "Se han intentado todas las coaliciones posibles para que una mayoría machaque a la minoría". Batallas que "han generado fuerzas centrífugas" y han alejado a destacados militantes de la primera fila, entre los que cita a Francisco Granados, ahora presidente de la gestora. "El PSPV ha estado muy encerrado en sí mismo, sin tener en cuenta lo que pasa en Madrid, pero ahora es la hora del congreso federal", dice. Un cónclave que define como "atípico" debido a la situación provisional de la actual dirección y al desastre de los resultados del pasado 12 de marzo, cuando el PP "barrió en Castilla-La Mancha y Extremadura, y subió en Cataluña y el País Vasco".
Como paliativo local propone "debates con luz y taquígrafos" y renunciar definitivamente a las "camarillas". Sevilla advierte que la militancia "está harta" de luchas internas y que apenas a descubierto "diferencias políticas reales" entre las distintas familias del PSPV.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.