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Teófila Martínez acepta la oferta de diálogo de Chaves, pero le exige que negocie todo con el PP

Luis Barbero

Diálogo sí, pero sin limitaciones. La presidenta regional del PP, Teófila Martínez, que ayer debutó en el Parlamento andaluz, disertó ayer en la investidura de Manuel Chaves la teoría que defiende su formación desde las elecciones del 12 de marzo: el PP es un partido de gobierno-oposición en Andalucía. Partiendo de esta premisa, Martínez aceptó la propuesta de diálogo que Chaves formuló el lunes a los demás partidos, pero exigió ampliar, cuando no multiplicar, las materias que deben ser negociadas entre PSOE y PP. El diálogo, según dijo, debe ser "de igual a igual" y "con luz y taquígrafos".

Había cierta expectación en torno al debú de Martínez como líder del primer grupo de la oposición en la Cámara autonómica, sobre todo si se tiene en cuenta que desde que fue elegida alcaldesa de Cádiz en 1995 se vio liberada de los cargos de responsabilidad que llegó a tener en el Congreso de los Diputados (fue coordinadora de comisiones del PP y portavoz de infraestructuras), donde ocupó un escaño desde 1989 hasta 2000.En su primera intervención en el Parlamento andaluz, la presidenta del PP hizo un discurso que en muchos momentos se pareció al que mantuvo durante la campaña electoral. Así, trazó la imagen de una Andalucía que está en el furgón de cola en materia de empleo, infraestructuras o renta, circunstancias que achacó en exclusiva a los sucesivos gobiernos del PSOE en la Junta de Andalucía. De hecho, algunas frases que pronunció ayer eran calcadas de los mítines celebrados hace apenas dos meses: "A los andaluces hay que decirles la verdad y gran parte de nuestros problemas se deben a que usted [por Chaves] no lo ha hecho en los últimos 10 años. [...] Ésta es la revolución que Andalucía necesita"; "Hay que ser valientes, hay que decirles a los andaluces que no hay futuro para esta tierra sin una educación de calidad"; o "Tenemos que ir más deprisa, crecer a otro ritmo".

En su discurso, Teófila Martínez aceptó la oferta de diálago formulada por Chaves el lunes, aunque expresó su desconfianza por los "incumplimientos" de etapas anteriores. En este punto, la dirigente del Partido Popular introdujo un elemento que soliviantó a los diputados del PSOE por el componente de magnanimidad del enunciado: "Yo, como ha hecho la mayoría de los andaluces en las pasadas elecciones, le voy a dar una oportunidad para que demuestre que es capaz de dialogar".

No obstante, el hilo conductor que vertebró su alocución fue la idea de que el PP ya no es sólo un partido de oposición en Andalucía, sino que es una alternativa real de gobierno (recordó que el PSOE tiene 52 escaños por 46 del PP) y que en estas condiciones el diálogo entre los dos partidos debe ser "de igual a igual".

A los temas que Chaves puso sobre la mesa el día anterior para que sean negociados entre los partidos (política municipal, reforma del Senado, los flujos migratorios, el futuro del sistema financiero andaluz, la administración de justicia y la presencia de las comunidades en los consejos de ministros de la Unión Europea), Martínez sumó un buen puñado de asuntos que, en su opinión, también deben ser objeto de consenso: educación, formación profesional, empleo, sanidad, servicios sociales, desarrollo rural, Pacto Local, agua, medio ambiente, pesca, agricultura, función pública, industria e innovación tecnológica.

Asimismo, la dirigente del PP se mostró dispuesta a hablar cuanto antes con Chaves sobre la financiación autonómica y el traspaso de competencias a la Junta, pese a que el presidente andaluz lanzó esta oferta al Gobierno central.

La única mención que Martínez hizo al acuerdo de coalición entre PSOE y PA en la Junta fue para lanzar una carga de profundidad y se produjo cuando recogió las críticas del alcalde de Jerez, el andalucista Pedro Pacheco, al pacto: "Tampoco es empezar bien que se inicie una legislatura con gravísimas acusaciones por parte de miembros del Partido Andalucista sobre su pacto de Gobierno y sobre intereses oscuros de empresas. O alguien miente o alguien oculta algo a este Parlamento".

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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