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Bono y Zaplana defienden trazados muy diferentes para el AVE Madrid-Valencia

Los Gobiernos regionales de Castilla-La mancha, del PSOE, y de Valencia (PP) dirimen estos días una batalla silenciosa respecto al futuro ferroviario de sus comunidades. El Ejecutivo de Eduardo Zaplana defiende un trazado de alta velocidad entre Madrid y Valencia lo más recto posible, lo que deja sin parada a Cuenca. El equipo de José Bono defiende una alternativa que garantiza el servicio a Cuenca y Albacete. Como árbitro, el Ejecutivo de Alberto Ruiz-Gallardón tan sólo defiende un trazado rápido, sin rechazar ninguna de las seis alternativas posibles.

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La Comunidad de Madrid no tiene preferencias por ninguno de los seis trazados, según anunció ayer el consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés. El Gobierno regional ha presentado alegaciones técnicas a los seis trazados. Las más importantes son las que afectan a la llamada opción sur. "Este trazado, que aprovecha el existente, no reúne las condiciones técnicas necesarias para que por allí pase un tren a 350 kilómetros por hora", señaló Cortés. El AVE exige un curvas con un radio de 7.500 metros para mantener su velocidad máxima, "mientras que con en este trazado, las curvas tienen sólo 2.300 metros". "Además, los túneles están anticuados, porque fueron trazados hace casi un siglo y, encima, el recorrido supera en casi 100 kilómetros al resto de propuestas", afirma.La Generalitat Valenciana no se opone a ninguno de los trazados posibles, pero el Consell se inclina por la denominada opción centro que discurriría casi en paralelo a la actual autovía A-3. José Ramón García Antón, consejero de Obras Públicas de la Generalitat, ha llegado a calificar como "idílico" el trazado centro ante las Cortes Valencianas. Pero entre sus alegaciones también estima de forma positiva el denominado trazado sur.

La prioridad esgrimida por el gobierno que preside Eduardo Zaplana es conectar Madrid y Valencia en un máximo de cien minutos, una posibilidad que sólo ofrecen los trazados directo o norte y el central.

El Ayuntamiento de Valencia, gobernado por el PP con mayoría absoluta, también se ha pronunciado a favor del trazado centro, que conecta Madrid y Valencia sin pasar por Cuenca ni Albacete.

Al margen de la alegaciones oficiales, una plataforma cívica constituida en Valencia en favor de la opción directa a través de Cuenca ha presentado 50.000 alegaciones contra las opciones restantes.

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El presidente de Castilla-La mancha, José Bono, ha implicado a las Cortes de su comunidad en una resolución aprobada por unanimidad el pasado 13 de abril a favor de la solución integral, la que hace que la línea de alta velocidad entre Madrid y Valencia tenga paradas en Cuenca y Albacete dando un fuerte rodeo en forma de S a lo que podría ser una línea recta.

Todos los indicadores sobre accesibilidad y conexión interna analizados por la Junta de Castilla-La Mancha apuestan por la solución D, la integral. La opción B o central coloca a Cuenca fuera de la red ferroviaria. Analizado el trazado desde la demanda de viajeros, la Junta estima que el modelo de Fomento es correcto, siempre que incluya correcciones. Según la Junta la estimación de 10 minutos de más o de menos en un recorrido no define la demanda que refleja el estudio, según egún Daniel Ballesteros, ex director general de Carreteras, Transportes y Telecomunicaciones. En un umbral de dos horas, diez minutos no provocan una migración de viajeros del avión al ferrocarril o viceversa. Por otro lado, y según la Junta no se tienen en cuenta las demandas de las relaciones entre Cuenca y Albacete o entre Cuenca y Murcia y Cuenca-Alicante y que ella ha estimado en 200.000 viajeros/año.

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