Francisco Frutos Secretario general del Partido Comunista de España "Cuando veo que se quiere 'renovar' tanto, me echo a temblar"
Francisco Frutos adjudica a Julio Anguita parte de la responsabilidad colectiva en los errores cometidos, y precisa que, "de momento", no entrará en la batalla por la sucesión del coordinador general de IU.Pregunta. Ha pasado usted en muy poco tiempo de la popularidad y el éxito a ser el gestor de la más dura derrota. Me imagino que sus reflexiones habrán sido igualmente contradictorias.
Respuesta. Yo no soy un advenedizo en la política y he conocido tantos fracasos... Yo no los llamaría éxitos, sino avances de las ideas que representamos. Asumí eso que se llama, de forma rimbombante, la candidatura de IU a la presidencia del Gobierno consciente de que era sólo algo formal, pero también sin ningún complejo. Y ello a pesar de que ya sabíamos que los datos eran malos. Ahora tengo que gestionar una seria derrota y una grave ruptura de la capacidad organizativa. Pero tampoco lo miro como una derrota personal mía, sino de un colectivo, en la que yo estoy con mi propia personalidad, de la cual no abdico, pero que no significa la derrota de mucha gente que se había creído que se podía avanzar con la izquierda.
P. No sé si, además, tiene usted la sensación de haber sido utilizado, o si el pacto con el PSOE fue algo bien pensado en sus ventajas y en sus riesgos.
R. Ya dije en la campaña, y lo sigo diciendo, que no hago juicios de intenciones. El PSOE seguramente pensó que los datos electorales estaban mal para ellos y buscaron la forma de mejorarlos. Yo creo que Almunia fue honesto en el planteamiento que hizo, porque si no, no nos hubiera dado tantos argumentos políticos para convencernos. Pero también está claro que había dirigentes del PSOE que eran totalmente contrarios al pacto, y que tienen una visión anticomunista muy sectaria. El pacto era necesario, pero el acuerdo es algo que llega tarde y mal, porque no se puede hacer un pacto de estas características a un mes vista de las elecciones. Lo hicimos porque ya había una dinámica iniciada por IU y no podíamos contradecir nuestro propio discurso.
P. Ahora los socialistas huyen de ustedes como de la peste. Me pregunto si esperaba usted algo tan, digamos, explícito, pero sobre todo me pregunto cómo se las ha arreglado para soportar los reproches de Julio Anguita, que ya advirtió de esto.
R. Bueno, algunos dirigentes del PSOE es verdad que no sólo han sido explícitos, sino que, como en el caso de Chaves, han sido incluso agresivos. ¡Allá ellos! Yo ya le he dicho a Chaves que no se preocupe, que no va a ser importunado por IU en ningún momento, que Paco Frutos no va a estar llamando a la puerta, que ya sabe dónde estamos y que, por nuestra parte, sigue abierta la posibilidad de la unidad. Y ya veremos cómo la gente de izquierda de este país ve, en su momento, este cambio de rumbo. La gente es la que juzgará. En cuanto a Julio Anguita, es cierto que él pensaba que había una actitud tactista por parte del PSOE, pero a mí no me ha hecho ningún reproche en absoluto. Es cierto que habíamos encontrado resistencia de la militancia al pacto con los socialistas, pero muchos pensamos que había mucha gente que deseaba la unidad. La verdad es que yo no he sentido la necesidad de llamar a Julio Anguita durante la campaña para decirle: 'Julio, que te estás pasando'. En ningún momento.
P. Muchos son los que piensan que Anguita no está en condiciones de reprochar nada a nadie. ¿Qué parte de responsabilidad le adjudica usted en el desastre?
R. La responsabilidad es compartida por todos los dirigentes de IU, por los que hemos ido diseñando las estrategias sucesivas. Hemos tenido graves crisis internas que nos han afectado negativamente, hemos adoptado decisiones -colectivamente, no sólo Julio Anguita-, como la de estar en el pacto de Lizarra, que nos han quitado bastantes votos. No ha sido sólo responsabilidad de Julio Anguita, aunque es verdad que el liderazgo, que es un fenómeno del star system del que también nos hemos contagiado nosotros, hace que la responsabilidad se centre en alguien de forma muy personalizada. Yo a Anguita le atribuyo la responsabilidad que le corresponde por los errores que colectivamente hemos asumido ya, como son ciertas políticas erráticas, ciertas imágenes que hemos proyectado en relación con otros partidos.
P. O sea, la pinza con el PP contra el PSOE.
R. Yo creo que en este país no ha habido pinzas. ¡Ha habido tenazas que han arrancado uñas! Pero no pinzas por parte de IU y el PP. Es cierto que ha habido acuerdos en algunas instituciones, pero, claro, la utilización de la imagen de Anguita y Aznar tomándose un cafelito juntos, cosa absolutamente normal, pues...
P. Pues ese cafelito les ha salido a ustedes realmente caro, porque la gente nunca lo entendió... Y ahora, paradójicamente, se ha visto usted obligado a poner freno al despilfarro. Ha afirmado que "si el PCE tiene que morir, que no sea por asfixia económica". ¿Tan grave es la situación?
R. ¡Hombre! Se han reducido drásticamente las subvenciones que se derivan de los resultados electorales, y, claro, una situación de asfixia económica produce inevitablemente la asfixia política, porque, si no tenemos un mínimo de recursos económicos no hay política posible, no puedes viajar, no puedes hacer papeles, no puedes hacer una reunión... Por eso dije eso, porque estamos en una situación muy precaria. Pero, desde luego, el PCE, si algún día tiene que desaparecer, será por la voluntad democrática de sus militantes y afiliados, no por asfixia económica o porque haya alguien que, desde la calle o desde los medios de comunicación, nos diga: "Disuélvanse ustedes, que ya no valen para nada". ¡Pues no! ¡Nosotros seguiremos existiendo mientras tengamos voluntad de existir! Pero, en fin, es verdad que yo he hablado de despilfarro, de que también hemos hecho una política errática en el terreno de las finanzas.
P. Quizás si la austeridad predicada por Anguita se hubiera aplicado en su propia organización, y en su propia casa, no habría sido necesaria una reconversión tan drástica...
R. A mí me hace mucha gracia que presentadores de televisión, que ganan cientos de millones, hablen de la casa de Julio Anguita, cuando la verdad es que Anguita se cambió de casa por indicación del Ministerio del Interior, que adujo motivos de seguridad. Acusar a Julio Anguita de algo que, además, no ha pedido, me parece que es faltar a la ética.
P. ¿Pero a usted qué le parece oír a Anguita hablar de "reconversión ejemplar" en IU? ¿No eran todas las reconversiones "intrínsecamente perversas"?
R. Hombre, a mí me parece que Anguita cometió un desliz, sin duda. Porque no hay reconversión que afecte a los trabajadores que sea "ejemplar"... Se puede hacer mejor o peor, y nosotros lo hemos hecho lo mejor que hemos podido. Pero, claro, un expediente de regulación, entiendo yo, desde el punto de vista humano y social nunca es modélico. Yo no creo que haya reconversiones ejemplares, ni siquiera la nuestra.
P. Me gustaría saber si piensa postularse como sucesor de Anguita en Izquierda Unida.
R. No daré una batalla por suceder a Julio Anguita. Continúo sin jugar a eso... Lo que pasa es que cuando algo se puede hacer bien y obtener el noventa por ciento del apoyo para esa responsabilidad, que se haga mal y de forma errática es equivocarse y producir un enfrentamiento en la organización que podemos pagar caro. Yo estaba convencido de que se podían hacer las cosas normalmente, sin dividir a Izquierda Unida, buscando un acuerdo de todos. Lo que no se puede hacer es vaticinar el final de Izquierda Unida -como ha hecho algún compañero- si no se hace una renovación en la próxima asamblea, y luego no colaborar para que las cosas puedan ir por sus cauces normales. Yo creo que, en la situación tan delicada en que estamos en IU, no nos podemos permitir ligerezas ni precipitaciones. ¡Y se están cometiendo demasiadas ligerezas!
P. Pero, si la confrontación interna continúa, ¿estaría usted dispuesto a revisar su decisión? ¿A ser candidato?
R. Yo, de momento, no reviso nada.
P. De momento, dice usted... Me pregunto por qué el aparato de IU le ha puesto el veto a Llamazares. ¿Por qué no le dejan intentarlo?
R. ¡No hay ningún veto, ni ningún aparato, como usted dice, se ha pronunciado en relación con el señor Llamazares! Y por parte mía, mucho menos. No se ha enfilado la proa contra nadie. Pero sí diré que se están haciendo las cosas de tal forma que hay una mayoría que es la "re-no-va-ción", lo "mo-der-no", frente a una minoría que es lo "cutre", que es la "antigualla" que se resiste a que llegue esta "renovación"... Pues, mire, ¡esto es mentira, y el que lo dice miente como un bellaco! Yo cuando veo que la gente quiere "renovar" tanto, me pongo a temblar.
P. ¿Sabe?, es inevitable que le produzca a uno una cierta perplejidad oírle a usted, la noche del desastre electoral, lo de que "vamos a seguir insistiendo en las mismas políticas"...
R. ¡Pues está muy claro! Si yo considero que hay unas tesis que son válidas, mi obligación es o defenderlas, porque como considero que son válidas, mi honestidad política me lleva a defenderlas, o a retirarme de la política. Y como no quiero retirarme de la política, seguiré defendiendo estas propuestas. ¡No creo que el programa que pactamos con el PSOE sea precisamente subirse al monte!
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