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Tribuna:NEGRITAS
Tribuna
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Capilleo rosa

La cofradía del Cristo del Amor de Marbella, una de las más antiguas de la ciudad, ha concedido esta Semana Santa su medalla honorífica al top model español Juan Millán, un recién llegado al mundo rosa. Que un modelo, un actor, un cantante o un famoso profesional protagonice algún evento social en Marbella no es extraño, pero que tal evento sea propiciado y anunciado por una cofradía hace pensar. ¿Será Millán un hombre de una religiosidad o una filantropía ejemplar o estará la vetusta hermandad tratando de adaptarse a los tiempos que corren?Igual no han querido más que imitar la corriente que impera en otros lugares, como Málaga capital, donde, además de los amoríos de gente famosa con determinadas imágenes o cofradías (Chiquito de la Calzada, Karina o Angel Garó nunca faltan a ver al Cautivo, y el seleccionador nacional de baloncesto, Lolo Sáinz, no se pierde la Pollinica), se siguen cada año las maniobras de la alcaldesa, Celia Villalobos, para atraer a cuantos más ministros mejor a las procesiones.

"Este año aún es una sorpresa quién vendrá, pero algún ministro cae seguro", dijo confiada Villalobos en su última comparecencia pública antes de Semana Santa. Hace dos años consiguió traer un buen ramillete, encabezado además por la pareja Aznar-Botella, y casi explota de gusto en medio de la rebujina de El Cautivo. Algunos de sus ilustres invitados, por cierto, estuvieron a punto de morir también, pero aplastados. Los guardaespaldas se centraron en la figura de Aznar y confundieron al resto de la comitiva con la turba de gente de a pie, qué susto.

Este año, la alcaldesa Villalobos, aparte de los asiduos Juan Cotino, director general de la Policía, y Santiago López Valdivieso, ídem de la Guardia Civil, sólo ha podido traer a una estrella, pero eso sí, de las que están en el candelero. Se trata del atribulado Josep Piqué. Seguramente el ministro no le habrá agradecido precisamente a la alcaldesa que lo invitara el Martes Santo. Él, que no quiere ni oír hablar de jueces, tuvo que asistir a la salida de la cofradía de La Sentencia. No quedó ahí la cosa. Además, hubo de presenciar las de El Rescate y Las Penas. Para penas, las que él aguanta. Al menos Villalobos lo libró de ir a ver al Cristo de la Humillación. Pero también salía la Nueva Esperanza, y no lo llevaron. Hay que ser malaje.

ESPERANZA PELÁEZ

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