"Está bien que una persona de derechas disfrute de otros discursos"
,Dos recientes antologías justifican por qué los lectores de poesía hablan del catedrático de literatura Antonio Jiménez Millán (Granada, 1954) como uno de los imprescindibles no sólo en la renovación estética e ideológica de la poesía española en el último cuarto de siglo, sino como uno de sus practicantes más avezados. Junto con Álvaro Salvador y el fallecido Javier Egea montan desde Granada las bases (años setenta) de lo que más tarde su amigo Luis García Montero llamó la Nueva sentimentalidad y que finalmente el gran público ha llamado Poesía de la experiencia. La antologías La voz infiel (Maillot Amarillo, Granada) y Ciudades (Ateneo de Málaga) descubren a un Jiménez Millán irónico, sabio, autocrítico, capaz de callar cuando no hay nada que decir.Pregunta. Usted pasa por escribir poco y reescribir bastante lo pasado.
Respuesta. Efectivamente, he hecho versiones nuevas de poemas antiguos, sobre todo hay una sección entera de La voz infiel que está reescrita con respecto a la primera edición (1987). Suelen ser pequeñas correcciones: versos a los que le falla el ritmo, adjetivos que sobran. Uno tiende a ser muy autocrítico.
P. ¿Le ruboriza lo que fue?
R. Sientes rubor de la ingenuidad con la que veías tu propio tiempo. Pero la distancia te ayuda a situar el retrato que en cada momento haces de ti mismo.
P. Granada ha aportado grandes escritores desde la transición.
R. Todos salimos de la misma ciudad, con una formación similar y un modo de entender la escritura parecido. No soy demasiado partidario de las agrupaciones, por eso me mantuve un tanto al margen de los manifiestos de grupo que se hicieron. Por más que tengamos muchas cosas en común y actuemos juntos. Pero nuestra poética va más allá de Granada: es una parte importante de la orientación de la poesía española de los años ochenta, cuando se deja de lado la poética culturalista y la apuesta vanguardista de los Novísimos para afrontar un tono más narrativo, continuando la tradición de Cernuda, Gil de Biedma, Eloy Sánchez Rosillo, Passolini, Auden o Pavese.
P. ¿Qué espera de un lector: devoción, fidelidad, entrega...?
R. Devoción en ningún caso. Ni fidelidad. Sólo un poco de atención. Un libro es una propuesta al lector. Posiblemente a un lector futuro.
P. Aznar le citó una vez junto con Jon Juaristi y García Montero como uno de sus poetas favoritos.
R. Ocurrió en verano de 1997. Precisamente citó a los más alejados de sus cuerda ideológica. Es chocante si tenemos en cuenta la historia de la derecha española. Al margen del halago fue un detalle interesante porque está bien que una persona de derechas sea capaz de disfrutar con otro tipo de discurso. Es mejor que te lean a que te fusilen.
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