_
_
_
_

Las protestas pierden fuerza

Cientos de manifestantes fueron detenidos ayer en el centro de Washington en una jornada en la que intentaron infructuosamente impedir la reunión del Comité de Desarrollo del Banco Mundial. La policía tomó las calles y amplió el perímetro de exclusión a decenas de manzanas lo que hizo imposible la tarea de los activistas, más desorganizados que el día anterior y diezmados por la lluvia. El día estuvo marcado por constantes saltos y manifestaciones, cortes de calles por parte de la policía que lo convirtieron en inolvidable para los condutores y la ausencia del trabajo de numerosos funcionarios, a quienes se dio un permiso sin precedentes para evitar aglomeraciones en el centro.

Más información
El Banco Mundial estudia vías para abrir los mercados ricos a los países más pobres

La Movilización por la Justicia Global, la alianza que lucha contra el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, hizo lo que pudo en una ciudad en la que parecía haber más policías que manifestantes. Los activistas quedaron reducidos a grupos desperdigados que aparecían por todas partes, tomaban las calzadas y se disolvían al cabo de unos minutos para aparecer en otro sitio. Un grupo grande discutió si tomar al asalto las posiciones policiales y al final optó por la no violencia y el dejarse detener en masa. A lo largo del día hubo diversas escaramuzas y gases lacrimógenos. El propio jefe de la policía, el cincuentón Charles Ramsey, se fajó para detener a un activista. También se dejaron ver pelotones de la Guardia Nacional.

Los activistas se han retirado de Washington sin haber conseguido dar un golpe como el de Seattle, cuando en noviembre hundieron la reunión de la Organización Mundial de Comercio, pero convencidos de haber ganado la batalla. "Me parece importante que desde el Norte la gente esté protestando contra lo que hacen el Fondo y el Banco Mundial, que están al servicio de las grandes compañías que destruyen el mundo", decía Aurora Donoso, una ecuatoriana del grupo Acción Ecológica. "El mensaje está dado y que el Fondo y el Banco digan que quieren cambiar ya es un triunfo". Donoso portaba una pancarta con una pregunta en español y en inglés: "¿Quién debe a quién?". Su tesis es que las grandes corporaciones petroleras y mineras que explotan las materias primas del Tercer Mundo producen enormes destrozos humanos y medioambientales.

La próxima cita de los activistas con el FMI y el Banco Mundial será en septiembre en Praga. Acción Ecológica y grupos de defensa del medio ambiente de todo el mundo van a crear en la capital checa un Club de Acreedores de Deuda Ecológica que pedirá al Banco y al Fondo que paguen la cuenta de los daños causados por las grandes compañías.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_