Querellas de salón

En Málaga, estos días atrás, ha hecho fortuna una de esas querellas de salón que produce con perversa inocencia el negocio de la Cultura. Juan Guardiola, que vino de Cataluña como comisario de una exposición sobre Andy Warhol -montada por la Fundación Picasso, la de Tàpies y el Palacio de los Condes de Gabia de Granada- acusó de fraude a otra exposición de cuadros de Warhol y Kenneth Noland, que ha montado al mismo tiempo la Diputación. Unas vacas de Warhol, que decoraban la entrada de la otra muestra, han superado la prudencia del comisario. "Eran ilegales", porque no habían pagado los derechos a la central warholiana de Pittsburgh. La Fundación Picasso está en manos del Ayuntamiento malagueño, popular, y la Diputación tiene administración socialista. Pero el concejal de Cultura, Antonio Garrido, se apresuró a desmarcarse del atrevido acusador. Parece que el buen hombre estaba sorprendido e irritado con la competencia porque a él le había costado varios años -y a sus patrocinadores muchos millones- montar su exposición.Cuando el 25 de octubre pasado el presidente de la Junta, Manuel Chaves, entregó a Christine Picasso el primer premio de mecenazgo de la Junta, por la donación de su colección privada de lienzos de Picasso, hubo un acto emotivo en el Palacio del Obispo de Málaga. La consejera de Cultura, Carmen Calvo, hizo un brillante discurso, sin papeles, contando cómo el presidente le había encargado cuando llegó al cargo que pusiera en marcha el Museo Picasso de Málaga. Sólo se le olvidó añadir un pequeño detalle: que fue su antecesor en la Consejería, el malagueño José María Martín Delgado, quien había iniciado esta operación.

A finales de la primavera del año pasado, una delegación de grandes empresarios de Taiwan visitó Andalucía. En Málaga pasaron a saludar a la alcaldesa Celia Villalobos. Aquí el presidente de la Fundación para el Intercambio Cultural con Europa, Ding Yih Liu, felicitó a la alcaldesa por el futuro Museo Picasso -que gestionará la Junta- y le pidió a la jefa suprema del Ayuntamiento que le prestara un Picasso para llevarlo a Taiwan. El honorable oriental se quedó pálido al oír que era mejor "buscar en Barcelona o París". Yih Liu respondió que su única intención era la cortesía de promocionar Málaga en Taiwan. Pero la cortesía está ausente en las querellas de salón.

IGNACIO MARTÍNEZ