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Recuerdo amargo en El Arenal

La Hermandad de las Aguas recordó ayer a Juan Carlos Ramos, el costalero del paso de Cristo que falleció el Lunes Santo del año pasado durante la estación de penitencia. El delegado del Distrito Casco Antiguo, Pablo de los Santos, y el hermano mayor de la Hermandad, Pedro Collado, depositaron un ramo de flores en el Arco del Postigo, lugar donde murió Ramos y en el que se puede ver un azulejo en su memoria.A este homenaje, celebrado ayer por la mañana, asistieron los familiares de Juan Carlos, muchos miembros de la Hermandad y algunos vecinos, así como un destacamento de la Banda del Sol, agrupación musical muy vinculada a esta Cofradía.

Tanto el responsable del Casco Antiguo como el hermano mayor de Las Aguas mostraron su pesar por lo ocurrido y destacaron la figura del costalero.

Por la tarde, la jornada cofrade se desarrolló con mucha más tranquilidad que la del Domingo de Ramos. El único momento de inquietud se vivió cuando Santa Genoveva, del popular barrio del Tiro de Linea, tuvo que refugiarse en la Catedral, en su camino de ida a la Campana, pues a las 16.30 se vio sorprendida por un pequeño aguacero.

Pasado el susto, todas las procesiones discurrieron por el centro de la ciudad con mucho más orden que el domingo. La tranquilidad vino de la mano del tiempo, pero también gracias a la menor afluencia de público, algo que suele ocurrir todos los Lunes Santo.

Blas Ballesteros, concejal de Tráfico del Ayuntamiento de Sevilla, agradeció a sevillanos y visitantes que utilizaran el transporte público lo que mejoró un poco el caos de aparcamiento que se vivió en la jornada previa.

Uno de los momentos más interesantes del día se vivió gracias a una huelga del personal de alumbrado público del Ayuntamiento. Un apagón en la Campana provocó que hermandades sobrias y discretas como Las Penas de San Vicente y Santa Marta entraran en la carrera oficial alumbradas únicamente por los cirios de sus nazarenos y por la candelería de sus pasos y entre el silencio y el respeto de los abonados de las sillas.

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También se acumularon algunos retrasos, pese a que los horarios de la carrera oficial se habían ampliado 20 minutos respecto al año pasado. La Hermandad de San Gonzalo tuvo que discurrir durante mucho tiempo con sus nazarenos en fila de a tres.

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