El PP vasco adelanta sus congresos en previsión de elecciones en Euskadi

El PP adelantará la convocatoria de sus tres congresos provinciales en el País Vasco, previstos en principio para otoño y que se celebrarán finalmente en mayo, para "despejar" el camino de asuntos internos ante un posible anticipo de las elecciones autonómicas en esa comunidad. Fuentes del PP revelaron que se aprovecharán esos congresos, donde sólo se renovará al presidente de Guipúzcoa, para ultimar con sus ponencias el programa del próximo candidato a lehendakari, cargo para el que aún no se ha resuelto si se propondrá a Carlos Iturgaiz o a Jaime Mayor Oreja.

El Comité Ejecutivo Nacional del PP aprobó ayer anticipar para los días 27 y 28 de mayo la celebración de los dos congresos provinciales de A Coruña y Pontevedra, organizaciones que llevaban meses funcionando con gestoras provisionales. La cúpula del PP acordó asimismo adelantar los cónclaves de Vizcaya -seguirá de presidente Leopoldo Barreda-, Álava -Ramón Rabanera continuará al frente del partido- y Guipúzcoa, donde María San Gil sustituirá en la presidencia a Ricardo Hueso. Los demás congresos provinciales del PP se realizarán entre septiembre y octubre, fechas en las que también se aclarará el liderazgo del PP en Cataluña. El secretario general del PP, Javier Arenas, se reunirá la semana que viene con la dirección del partido en Euskadi para afrontar sus próximos retos. Fuentes de la dirección del PP indicaron que se apostó por que esos congresos provinciales se efectuaran cuanto antes con el objetivo de "despejar el panorama político interno" ante "el nuevo escenario vasco", en expresión de Arenas. El número dos del PP sostuvo ayer que tras "el encadenamiento del PNV a Estella [el pacto de Lizarra]" ya no hay garantías de "estabilidad y gobernabilidad" en Euskadi. Arenas insistió en que ni la cuestión de confianza ni la moción de censura pueden solucionar nada, porque además están condenadas a no prosperar, y presumió de que el PP ya había propuesto el anticipo electoral en diciembre de 1999.

José María Aznar, en una corta intervención ante el Comité Ejecutivo, se mostró muy preocupado por el "deterioro institucional" que observa en Euskadi y calificó como "algo insólito" que el actual lehendakari, Juan José Ibarretxe, pretenda seguir gobernando en minoría. Arenas se escandalizó de que el PNV pretenda "amordazar" al presidente del Gobierno español para que no aporte sus opiniones sobre la situación de Euskadi y lamentó, con respecto al PSOE, que no mantenga una postura única y clara. El secretario general del PP se quedó con las tesis del dirigente de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, frente a la postura del máximo responsable actual del PSOE, Manuel Chaves. Mientras éste expresó recientemente que tiene "bastantes dudas" sobre la utilidad de adelantar las elecciones, Redondo ha anunciado que no apoyará al PNV ni aunque se salga del Pacto de Estella, y añadió que prefiere enfrentarse a las urnas de inmediato.

Fuentes del PP indicaron que aprovecharán la convocatoria de sus congresos provinciales en Euskadi para sentar las bases del programa de su próximo candidato a lehendakari. El nombre final de ese candidato no ha sido desvelado. Arenas afirmó ayer que ese debate ni se ha abierto ni se abordará hasta que Ibarretxe fije la fecha de los comicios. Ni descartó ni confirmó que el aspirante a ese puesto tenga que ser de nuevo Carlos Iturgaiz, el presidente de los populares vascos, o Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior y también "referente" del Partido Popular en Euskadi.

Por otra parte, el PP nombró ayer, en una reunión plenaria de sus parlamentarios, a las direcciones de sus grupos en el Congreso y el Senado. No se produjeron grandes novedades, especialmente en el Congreso, donde la dirección del grupo es continuista. El PP reservó un puesto de portavoz adjunto en la Cámara baja para Jaime Ignacio del Burgo, uno de los tres representantes de Unión del Pueblo Navarro que el día anterior fueron prestados a Coalición Canaria para que constituyera grupo parlamentario, cosa que el PP impidó al Bloque Nacionalista Galego.